AFP
El papa Francisco bromeó con un grupo de jesuitas sobre las
habladurías respecto de su estado de salud tras la operación en julio de colon,
y con tono divertido aseguró: "Estoy vivo, aunque algunos me querían
muerto".
El papa argentino de 84 años pronunció esas palabras en
ocasión de una reunión a puertas cerradas con los jesuitas de Eslovaquia
durante su reciente viaje a ese país, según publica este martes la revista de
esa congregación Civiltá Cattolica.
"Estoy todavía vivo, aunque algunos me querían muerto.
Sé que hubo incluso reuniones entre prelados, que pensaban que el papa estaba
más grave de lo que se decía. Preparaban el cónclave. ¡Paciencia! Gracias a
Dios, estoy bien", contó ante los 53 eslovacos que pertenecen a su
congregación.
Francisco fue sometido el 4 de julio a la primera cirugía
importante desde que fue elegido pontífice en 2013 para extirpar una parte del
colon, en una intervención programada y realizada con anestesia general por la
que estuvo once días internado en el hospital romano Gemelli.
"La operación fue una decisión que no quería tomar: fue
un enfermero el que me convenció. A veces los enfermeros comprenden la
situación mejor que los médicos, porque están en contacto directo con los
pacientes", confesó.
El papa latinoamericano respondió a varios temas relativos a
los problemas y divisiones dentro de la iglesia católica y a los ataques que
suele recibir de los sectores ultraconservadores por sus aperturas a los
fenómenos de la sociedad moderna.
"Hay una gran cadena de televisión católica que habla
continuamente mal del papa sin ningún problema. Puede que yo personalmente me
merezca estos ataques e insultos, porque soy un pecador, pero la Iglesia no se
merece esto: es obra del diablo. Incluso se lo dije a algunos de ellos",
afirmó.
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