En una movilización, algunos de los 3.000 manifestantes
quemaron las pertenencias de los migrantes que acampaban en la calle, hechos
que son investigados por la Fiscalía.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, condenó este lunes
la "brutal agresión" que sufrieron inmigrantes, principalmente
venezolanos, durante una protesta contra extranjeros indocumentados en el norte
del país el sábado.
"Condenamos categóricamente la brutal agresión que una
turba descontrolada cometió contra un grupo de migrantes irregulares de origen
venezolano. Estamos haciendo todo lo necesario para que ese crimen no quede
impune", dijo Piñera en un comunicado.
Las declaraciones de Piñera, quien cumple una visita a
Uruguay, fueron divulgadas por su despacho después de que la Organización de
Naciones Unidas (ONU) expresara su "preocupación por la violencia y
xenofobia" hacia los inmigrantes en la protesta en la ciudad norteña de
Iquique.
En esa movilización, algunos de los 3.000 manifestantes
quemaron las pertenencias de los migrantes que acampaban en la calle, hechos
que son investigados por la Fiscalía.
La protesta estuvo marcada por carteles y gritos contra los
migrantes irregulares, principalmente venezolanos, que desde hace años ingresan
a Chile por pasos clandestinos desde Bolivia, cruzando la cordillera de Los
Andes y el desierto de Atacama.
El gobierno chileno endureció este año su política
migratoria, otrora solidaria y receptiva en medio de una mayor hostilidad hacia
los migrantes por parte de la población.
El ministro del Interior, Rodrigo Delgado, también manifestó
su rechazo a la violenta protesta, pero advirtió que el gobierno seguirá con
los desalojos de migrantes "en todos los espacios públicos que se requieran"
y las expulsiones de indocumentados.
Un día antes de la protesta, la policía chilena desalojó a
centenares de migrantes venezolanos que acampaban desde hace un año en una
plaza de Iquique.
Hace unos meses, las autoridades afirmaron que con las deportaciones
se redujeron drásticamente los ingresos clandestinos, pero el drama sigue, con
un flujo migratorio que genera hostilidad entre muchos chilenos.
Los ingresos de personas a Chile por pasos clandestinos
suman 23.673 hasta julio, casi 7.000 más que en todo 2020, según un informe del
Servicio Jesuita a Migrantes.
En febrero de 2019, en un acto en la ciudad colombiana de
Cúcuta, fronteriza con Venezuela, Piñera prometió una "Visa de
responsabilidad democrática" para venezolanos, pero su gobierno solo concedió
el 21% de las 164.908 solicitadas hasta diciembre de 2020.
Desde 2014, casi 500.000 venezolanos se afincaron en Chile
escapando de la crisis política y económica en su país.
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