Ecuador, golpeado por una oleada de violencia asociada al narcotráfico, declaró este jueves terroristas a los grupos criminales, que serán combatidos por militares al considerar que son una amenaza contra el Estado.
La medida, tomada por el Consejo de Seguridad Pública y del
Estado (Cosepe), permitirá movilizar -sin necesidad de decretar estados de
excepción- a militares a las calles para enfrentar a los Grupos de Delincuencia
Organizada (GDO), que mantienen nexos con los carteles mexicanos de Sinaloa y
Jalisco Nueva Generación, entre otros.
El organismo resolvió "declarar al terrorismo como
amenaza que atenta contra los elementos estructurales del Estado y por
consiguiente a su seguridad integral, como está concebido en la normativa
internacional y la legislación ecuatoriana", dijo a la prensa el
secretario del Cosepe, Wagner Bravo.
El Cosepe, integrado por todas los poderes estatales y las
cúpulas de la Policía y de las Fuerzas Armadas, sostuvo una reunión liderada
por el presidente Guillermo Lasso en la sede de gobierno en Quito, la capital.
Tras la cita, Bravo -un general retirado del Ejército que
asumió el cargo el miércoles- informó a la prensa que la entidad también acordó
"declarar que la amenaza terrorista va a ser enfrentada de manera
firme".
Asimismo, recomendó a Lasso establecer mediante decreto
"medidas coercitivas, urgentes y eficaces que incluyan el empleo de armas
letales para combatir esta grave amenaza que afecta al pueblo".
Bandas del narcotráfico sostienen una guerra por el poder en
las cárceles y las calles.
Los enfrentamientos entre reclusos dejan más de 420 presos
muertos desde 2021, mientras que fuera de las penitenciarías la tasa de
asesinatos casi se duplicó entre ese año y 2022, pasando de 14 a 25 por cada
100.000 habitantes, según autoridades.
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