EFE
Una mujer se crucificó este viernes en las puertas de un
tribunal en Cochabamba en protesta porque uno de los acusados del asesinato de
su hija de 16 años huyó tras beneficiarse con una decisión judicial que lo
liberó de una condena de 30 años de prisión por feminicidio.
Pilar Reyes, una humilde mujer quechua, es la madre que
protestó atando sus manos con cinta adhesiva a la reja del Tribunal
Departamental de Justicia de Cochabamba al enterarse de la fuga de Omar
Ordóñez.
"Hoy (ella) se ha crucificado en las puertas del
tribunal por la impotencia de ver cómo la Justicia es para el que tiene plata y
no para el pobre", lamentó en declaraciones a Efe el abogado Diego Flores,
uno de los defensores de Reyes.
Ordóñez fue sentenciado a 30 años de cárcel por el asesinato
de la adolescente, pero mediante una apelación fue puesto en libertad por la
vocal Mirtha Montaño, de la Sala Penal Primera de Cochabamba.
Flores explicó que la madre de la víctima "teme por su
vida", pues ha sido amenazada por Ordóñez al extremo de no poder volver a
su casa por miedo y enviar fuera de Cochabamba a sus otros cuatro hijos,
incluido un menor de 6 años.
El caso data de 2016, cuando varios integrantes de la
pandilla Wander Rap, entre ellos Ordóñez, abusaron sexualmente de la
adolescente para luego matarla.
El abogado David Flores, otro defensor de la madre de la
víctima, dijo a Efe que en su momento denunciaron y cuestionaron la decisión de
la vocal Montaño de revocar la detención de Ordóñez porque "era previsible
que, una vez en libertad, él se dé a la fuga".
Según el jurista, el hombre pagó la fianza equivalente a
unos 14.300 dólares y fue puesto en libertad, cuando lo que la vocal debió hacer
es disponer "por lo menos" su detención domiciliaria con custodio
policial "para evitar precisamente que se fugue".
Los abogados de Reyes explicaron que la mujer es muy humilde
e incluso se tuvo que prestar dinero para seguir el proceso penal, ante lo cual
el estudio jurídico de ambos resolvió asistirla gratuitamente.
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