Las
significaciones, acepciones, conceptos y uso de la palabra constituyen
el vehículo que permite el conocimiento de la lengua y sus aportes a la
cultura de los pueblos. La Real Academia Española de la Lengua ( RAE) tiene la
función innegable de la conservación y acopio de los términos de la lengua
española, su enumeración y sentido de los términos, materializándolas en un
diccionario. Tal compendio reserva a la palabra corrupción una cantidad
impresionante de expresiones, estableciendo que ella significa: descomposición,
término que connota la vía o proceso mediante el cual un cuerpo biológico
inerte pasa a diversos estados de gases y fluidos, habitad ideal para la
putrefacción y morada para las bacterias y los hongos, que comienzan a
descomponer el cuerpo.
El mismo
depositario de la palabra utiliza el término corruptela, como acción contraria
a la ley. No se reserva para nada denominar esa misma actividad,
como situación propia de una persona viciosa y/o degenerada. También le
asigna la voz de prostitución, cuya significación no merece detalle
alguno. El diccionario considera que la acción a la que nos referimos
constituye un envilecimiento o degeneración, degradación, deshonra y vileza,
amplificando de esa manera deshonestidad de tal práctica.
Nuestro principal
lexicón se adentra en la terminología jurídica y le apropia el sentido de dolo,
es decir fraude, simulación, engaño y maquinación para obtener un beneficio;
como también, cohecho, más explícitamente, soborno, coima, mordida para
obtener un beneficio.
En la realidad y
los hechos, tal práctica es causante del mal que nos agobia y nos
sitúa, en criterio de Transparencia Internacional, en el poco honroso
lugar de subcampeones latinoamericanos de la corrupción y, consecuentemente,
víctimas de sus efectos nocivos en todos los ámbitos del quehacer nacional,
desde los éticos y morales, hasta los económicos y políticos, sin que, pese a
los predicamentos y declaraciones, se visualice una voluntad para erradicar
esta otra peste que ha impuesto su divisa; no importa que el dinero provenga de
manos asquerosas, igual siempre huele a rosas.
"CUCHO" JORDÁN Q.
Abogado, docente
e historiador del Derecho.
No hay comentarios.: