La policía colombiana está en el centro de todas las
críticas internacionales por la brutalidad usada para reprimir las protestas
sociales que llevan un mes en el país cafetalero.
Las diversas formas de exceso de la fuerza, que incluye el
polémico uso de un lanzador de cohetes y el disparo por la espalda contra
personas desarmadas, han quedado captadas en abundancia en videos tomados por
vecinos y los propios manifestantes.
Según un informe realizado por la organización de derechos
humanos Human Rights Watch, la extrema violencia policial ha causado
directamente 14 víctimas mortales.
En total, las revueltas en las calles en varias ciudades del
país han dejado un saldo de 43 fallecidos.
El analista político Roberto Covarrubias Núñez indicó que el
accionar de la policía colombiana no es un problema exclusivo de una región del
mundo, pues cuerpos policiales de varios países están en la mira por su mal
comportamiento.
Indicó que las palizas, insultos, tortura, homicidio o uso
indiscriminado de la fuerza contra civiles por
los efectivos policiales se convirtieron en el patrón de su accionar.
Tímidamente, las autoridades han detenido a tres policías e
investigan a otra decena por homicidio.
El Gobierno de Iván Duque ha argumentado que las fuerzas del
orden también han sido atacadas por vándalos organizados. Hay dos policías
muertos y más de 1.000 con algún tipo de lesión.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
condenó las “graves violaciones de derechos humanos” y urgió nuevamente a Duque permitirle
realizar una visita de observación en el terreno.
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