Ecos de Tarija
Niñas y niños, un grupo de diez menores luchan actualmente
contra el cáncer en Tarija, la cifra parece reducida, pero este año tres
pequeños ya partieron por tumores cerebrales, que son intratables por falta de
equipos.
El consultorio de pediatría oncológica funciona en Tarija
solo desde hace 10 meses, sin embargo, en este periodo se contabilizó que el 50
por ciento de los casos de cáncer infantil que son tratados en el Hospital Regional
San Juan de Dios (HRSJD) proviene de la Región Autónoma del Chaco.
Pero no solo ese dato salió a luz, indica el oncólogo
pediatra, Omar Almazán, la situación se torna alarmante cuando en solo cinco
meses del año, Tarija sumó 13 casos de cáncer infantil, mientras que el
Instituto Nacional de Estadística (INE) estimaba de 6 a 9 casos para todo el
2021.
Actualmente un grupo de diez menores, niñas y niños luchan
contra el cáncer en Tarija, tres pequeños ya perdieron la vida por tumores
cerebrales que son intratables por falta de equipos en el departamento.
La cifra parece reducida e invisibilizada, pero si se
considera que Bolivia registró 190 casos nuevos el año pasado y los casos por
departamento deberían ser proporcionales a la población, según estimaciones del
consultorio oncológico pediátrico, el índice de incidencia de la enfermedad en
Tarija es elevado, para ser el quinto departamento con más habitantes del país.
Estas cifras tienden a incrementarse con el pasar del
tiempo, más el tratamiento y la atención para este grupo vulnerable continúa
siendo incompleta, así lo afirman padres y personal de salud.
El Seguro Universal de Salud (SUS) solo cubre el 50 por
ciento de las prestaciones en la actualidad, aunque en letra muerta asegura
cubrir al 100 por ciento del tratamiento que puede llegar a costar hasta 100
mil bolivianos para un solo menor que padece la enfermedad.
Otra arista, de la cual poco se habla, es que el tiempo de
curación y tratamiento puede abarcar dos o tres años, ante la carga económica y
emocional que genera esta situación algunas familias prefieren no seguir con el
proceso. Ese fue el caso de Yoselín, una pequeña que fue diagnosticada con
cáncer a los huesos, su padre no entendió porque su esposa e hija debían
permanecer tanto tiempo en Tarija, por lo cual les puso un ultimátum para
regresar a Villa Charcas (Chuquisaca).
La menor abandonó su tratamiento y fruto de ello hoy lucha
por su vida, ya que las recaídas por no seguir con la medicación pueden ser
mortales. Su madre se separó de su cónyuge y a sus 20 años intenta salvar a su
pequeña, aunque esto implique dormir en el hospital con el estómago vacío en
muchas oportunidades.
Allí en los pasillos del hospital, es donde la Fundación Luz
y Esperanza juega un papel fundamental, pues de manera silenciosa ha cuidado de
familias de escasos recursos que tienen una niña o niño con cáncer. Hace seis
años nació esta iniciativa en el corazón de una madre, que, tras perder a su
pequeña por leucemia decidió ponerse en los zapatos de quienes ni siquiera
tienen un seguro médico para hacer frente a la enfermedad.
Sin recibir financiamiento externo, padres y madres que han
perdido hijos con cáncer abonan desde sus posibilidades dinero para que otras
niñas y niños puedan comprar las medicinas faltantes e incluso puedan viajar al
interior y exterior del país en busca de atención, pues antes en Tarija no
existía un médico pediatra para niños con cáncer, el ítem para este profesional
también fue una gestión de esta organización.
El hacinamiento en pediatría es otro de los problemas a los
que se enfrentan los menores con cáncer. Almazán señala que este problema de
infraestructura puede acabar con la vida de estos niños que tienen defensas
bajas: "una simple diarrea puede descompensarlos, incluso están en medio
de una sala con niños que tienen Covid, por lo cual urge que el Materno
Infantil sea habilitado”.
Un albergue para familias y niños con cáncer que no son de
Tarija, pero vienen a tratarse a la capital, también es otra necesidad sin
respuesta. Sonia Figueroa, voluntaria de Luz y Esperanza, indicó que ya se
enviaron los oficios correspondientes a las autoridades de turno para exigir
este espacio que debe cumplir con las condiciones de salubridad, ya que los
menores realizan un tratamiento ambulatorio.
La realidad del cáncer infantil en Tarija necesita una
respuesta de las autoridades “hay que hacer estudios a largo plazo con gente
capacitada que identifique la causa, si es el agua contaminada, la alimentación
o las petroleras el desencadenando de todo este tipo de enfermedades” indica el
médico especialista.
Por su parte, Fundación Luz y Esperanza busca recolectar
tapitas de botellas PET, por cada tonelada les darán 4 mil bolivianos, dinero
que irá a apoyar a estos pequeños con cáncer.
El diagnóstico oportuno puede salvar a niños del cáncer
Omar Almazán, médico oncólogo pediatra, indica que es
importante que los padres conozcan los síntomas comunes del cáncer en niños,
pues esto permitirá un tratamiento oportuno con una alta efectividad de
curación.
“Se les hincha la pancita de repente, su piel se va tornando
más pálida a pesar de que come, pues es un signo de anemia, hay fiebre
persistente que sede con antibióticos por unos días, pero vuelve a aparecer y
finalmente el dolor óseo que lo asociamos al dolor del crecimiento, pero este
es intenso, despierta al niño por las noches y es migratorio de una parte a
otra del cuerpo”.
Si este cuadro se identifica en los niños, los padres deben
acudir al pediatra que, con un hemograma tendrá un pantallazo del estado de
salud de los menores.
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