RUBÉN CAMACHO GUZMÁN
Muerto el burro, tranca al corral. "Nos hubiéramos ahorrado muchas
situaciones si Evo Morales hubiera tomado la decisión de no ser candidato el
2019, es la afirmación de Héctor Arce, exministro y actual defensor privado del
sultán andino de Orinoca, ante la OEA. Dicen que la tarea de ese pugilista es
noquear a Luis Almagro, secretario general de ese organismo; por haber
informado sobre el fraude descomunal que engendró su defendido. El informe
habría sido el detonante que provocó el "golpe“ y la huida del cobarde y
su cuadrilla.
La fábula tejida por esa banda de pillos, está adquiriendo ribetes
caricaturescos. Día que pasa, le suman argumentos fantasiosos que les acercan
cada vez más a las nubes. De socialistas del siglo XXI, han mudado al rol de
bufones ilusionistas y traficantes de inocentadas. Su espectáculo es una
cortina de humo para tapar su cobarde huida. Esa desbandada en tropa, de la que
toda la ciudadanía fue testigo; cuando esos rumiantes se mearon en sus
pantalones, y huyeron con el rabo entre las piernas.
"Golpe cívico-militar siempre era“, es su lamento. Un golpe sui
géneris donde no se vieron militares haciéndose cargo del gobierno ni
tanques en las calles. Un golpe donde el Poder Legislativo con mayoría masista,
y el Poder Judicial con jueces también masistas, siguieron funcionando de
manera intacta. Un golpe que dio lugar a un Gobierno transitorio que llenó el
vacío de poder provocado por esos malintencionados. Un golpe que garantizó
elecciones libres y transparentes el 2020 y donde ganó el partido del golpeado.
¡Vaya golpe!
En su intento de lavar la imagen del cocalero Morales, están
involucrando a gil y mil. Según Arce Catacora y su Ministro de Defensa, todo el
continente, EEUU y las ONG convertidas en movimientos cívicos, habrían sido
cómplices del “golpe”. Que a nadie le sorprenda, si mañana aparecen con el
cuento de que seres de otras galaxias, el Imperio romano y los otomanos,
también conspiraron para voltear el michi gobierno del jeque orinoqueño.
Mucho talento, caballeros del socialismo populista del siglo XXI. Solo
un poquito más y harán de Bolivia una potencia que pasará a la historia por
haber sido gobernada por una tropa de ilusionistas, titiriteros y
saltimbanquis, que se arremolinaban enloquecidos alrededor de un caudillo
caprichoso. Un loquito al que le gustaba declarar su amor a niñas, y la guerra
a todos los imperios.
El autor es especialista en integración y gestión de conflicto.
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