"El dolor es insoportable", aseguró Wesley Wallace, oriundo de Texas, Estados Unidos, quien relató los tormentosos días que pasó tras ser diagnosticado con viruela del mono.
El hombre, en una entrevista, reveló que la sensación de malestar ha llegado a tal punto que, incluso, le duele estar despierto, aunque aclaró que las marcas en su cuerpo han comenzado a sanar de a poco.
Por otra parte, indicó que el acceso a la vacuna ha sido escaso, que sus amigos han viajado desde la zona en la que vive a otros lugares para conseguirla, informa el diario ABC de España.
Hay 57 casos confirmados de viruela del mono en la región de Houston y 183 en todo el estado, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Texas.
"Me contagié con un beso"
En primera instancia, Wallace pensó que tenía una espinilla en su rostro, por lo que le restó cierta importancia. Sin embargo, la preocupación aumentó cuando, con el paso de los días, las marcas comenzaron a extenderse por su cara: "Me contagié con un beso", señaló.
En tanto, afirmó que "duele existir. No es como estar acostado sobre una almohada y te duele. Duele estar expuesto al aire, no es necesario que algo toque el sarpullido".
"El dolor es insoportable y progresa rápido... De una lesión, ya tengo lesiones por toda la cara", manifestó el paciente, en el reporte que también recogido por el Clarín.
La vacunación
En cuanto a la vacunación, explicó que "hay una enorme población de alto riesgo que no tiene acceso a ella... Tengo amigos que están comprando billetes de avión, volando a otras ciudades solo para ir a buscar la vacuna y luego volver a casa".
Por último, y ante los comentarios y prejuicios que han surgido en las redes sociales a raíz de la viruela del mono, Wallace dejó en claro que "sé que es un estigma. Lo tengo en mis redes sociales... Solo tengo que recordar, 'Es temporal. Este no soy yo. Así es como se manifiesta el virus. Voy a mejorar'".
Cabe señalar que, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), la viruela del mono no suele ser fatal y, recurrentemente, se resuelve entre 2 a 4 semanas. A su vez, los síntomas más comunes son fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, escalofríos, agotamiento, ganglios linfáticos inflamados y las características erosiones en la piel.
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