Horas más tarde, cuando se realizaba la última revisión de
los privados de libertad en el recinto carcelario, se confirmó lo peor, faltaba
alguien y no lo encontraban en las instalaciones, de inmediato se encendieron
las alarmas, pero no sabían qué habían pasado al menos siete horas antes que se
dieran cuenta de esto.
Comenzaron una búsqueda en las cercanías de la cárcel y se
activó el “Plan Z” para realizar controles en lugares estratégicos, pero no
lograron dar con él.
Se trata de José Alain Chura Mosquera, de 24 años de edad
oriundo del Valle Alto, quien se encontraba recluido en El Abra por el delito
de asesinato desde enero de la gestión 2020. Y se lo consideraría muy
peligroso, según la publicación de la Policía Boliviana en las Redes Sociales,
donde se lo declara prófugo y se confirma su huida.
Según informó el Director de la Fuerza especial de lucha
contra el crimen, Cnl. Ronald Tapia, Chura aprovechó su profesión de carpintero
y que tenía acceso a la carpintería del penal para elaborar un sillón donde
podría meterse, esconderse y escapar.
“Esto se habría suscitado a través del retiro de unos
muebles del interior de la cárcel, lo que fue aprovechado por el prófugo, quien
habría salido al interior de uno de los sillones que él vendía, él se dedicaba
a elaborar muebles al interior de la cárcel y aprovechando esta situación ha
elaborado que le ha permitido esconderse ahí y poder fugar de la cárcel”,
explicó la autoridad.
Tapia señaló que el asesinato en el que se vio involucrado
se registró el 19 de julio de 2017 y actualmente la policía está movilizada
para dar con su paradero.
“Por el momento se están movilizando todos los equipos de
inteligencia y de reacción de la policía en su búsqueda, estamos realizando un
trabajo intenso a nivel departamental”, agregó.
Según revelaron las primeras investigaciones, el comprador
de los sillones envió el motorizado para recogerlos, pero esto fue una
pantalla, ya que no existiría en realidad. Esperan que con los avances en el
caso se pueda dar con él en las próximas horas.
Por lo pronto hay una persona que fue aprehendida y se
desconoce si se trata de algún pariente, pero se presume que la misma colaboró
en su fuga.
“Tenemos una persona ya aprehendida que aparentemente es la
persona que ha ayudado a que sé de este hecho y no existe el supuesto
comprador, simplemente ha sido una pantalla para poder sacar los muebles y
aprovechar a salir al interior de uno de estos”, añadió Tapia.
De igual forma se realiza una investigación interna al
interior de la cárcel para saber si existen más involucrados.
Sumado a los cargos por asesinado que cumple, el recluso
prófugo será procesado por evasión, incrementando su tiempo en la cárcel de
tres a dos años de ser encontrado. En el caso de los presuntos cómplices, estos
podrían ser procesados por favorecimiento a la evasión.
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