Santiago Barrientos, dirigente del pueblo guaraní Itika Guasú, indicó a El Andaluz para las últimas noticias de Tarija, que las 36 comunidades que están alrededor del Pilcomayo están preocupadas por la veda que evita la pesca en sus aguas.
Piden que se levante la veda entre el 15 y 20 de mayo, es decir en un mes, para que los pobladores de rio arriba puedan consumir y nutrirse como lo vienen haciendo cientos de años.
La provincia O´connor como Gran Chaco se beneficia de estos alimentos, y solicitó a las autoridades no pelar por el asunto y pensar en los pueblos que dependen de los pescados.
“Las autoridades deben ayudarnos a todos por igual” expresó Barrientos, estas declaraciones se dan en marco de las disputas entre la Gobernación de Tarija y la de la Región Autónoma del Gran Chaco, donde se disputan competencias para saber quién manda en al veda o no, tornando esto una pulseta administrativa que no beneficia a la población que se ve afectada directamente por esto.
Es por eso que el dirigente del pueblo guaraní Itika Guasú pidió que se piense en su pueblo y en vez de luchar por quién tiene mas poder de decisión, tomen en cuenta las recomendaciones de la gente que vive durante generaciones en el afluente milenario.
El territorio del Itika Guasu (nombre que se le da al río Pilcomayo en guaraní) se organiza en tres zonas (capitanías) la Zona 1 Ñaurenda, que aglutina a once comunidades; la Zona 2 Tentaguasu, con quince comunidades y la Zona 3 Puerto Margarita, con nueve comunidades. Cada zona organizativamente es independiente, por lo que en cada una de ellas existe un Capitán Grande o Mburuvicha Guasu, máxima autoridad que representa a las comunidades que las aglutina. Entre las tres zonas con fines de contar con una instancia que permita gestionar el territorio, hacer representaciones a nivel departamental y nacional es que deciden conformar la Regional APG-Itiguasu a cuya cabeza se encuentra un Comité Ejecutivo elegido en Asamblea Regional con la presencia de Mburuvichareta de las tres zonas.
Cómo fue la pelea
El secretario de desarrollo productivo, medio ambiente y agua, Ing. Efraín Rivera, explicó que el Ejecutivo de la Región Autónoma del Gran Chaco y la Ejecutiva de Desarrollo de Villa Montes, no tienen competencia administrativa para levantar la veda de la pesca en el río Pilcomayo.
“Ellos no tienen ninguna competencia para generar ninguna resolución administrativa, ni técnica, ustedes saben que está involucrado el río Pilcomayo que atraviesa varias provincias, por eso es una competencia netamente departamental”.
En ese sentido, la Gobernación continúa realizando el testeo técnico, a través del Programa de Conservación y Desarrollo de la Fauna (Codefauna), en el río Pilcomayo, para determinar el momento requerido para levantar la veda. “Hicimos un análisis administrativo y legal y representaremos este tema ante los estrados que correspondan, pero no se dio desde la Gobernación ninguna autorización hasta que tengamos los informes técnicos”, indicó Rivera.
Acorde al viceministerio de tierras del Estado plurinacional de Bolivia el acceso a los recursos está relacionado directamente con las condiciones geográficas, la ubicación de las tëtareta (comunidades), la disposición de las viviendas, la habilitación de los potreros y las áreas de caza, recolección o pesca . La recolección y caza son actividades definidas por las necesidades familiares, por lo que es de acceso libre. Para estas actividades se practica un rito previo en el que se solicita el permiso al Iya (deidad reconocida como dueña del monte). El acceso a áreas de cultivo está relacionado con la calidad de la tierra para los productos a sembrarse; son parte de un sistema itinerante. Pasado un periodo de tres a cinco años es abandonado y habilitado otro espacio. Hasta el momento no se tiene restricciones para el acceso; solamente está ligado a las posibilidades de mano de obra familia.
La cacería es una de las prácticas tradicionales que se desarrolla con más frecuencia en la zona del Itikaguasu, dependiendo de la época del año, ya que los ciclos de gestación son diferentes en las especies y estos periodos son respetados por los guaraní. Las principales especies capturadas son: corsuelas, chanchos de monte, pavas e iguanas, y algunas de ellas también se utilizan para usos medicinales. La pesca es un elemento central en la cultura guaraní, ya que en torno a ella giran otras actividades económicas, sociales y hasta religiosas. La pesca genera, además, fuentes de empleo eventuales y actividades comerciales en las comunidades por un tiempo de tres a cuatro meses, aproximadamente.
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