Lic. Erika Natalia
Vedia Blanco
La pandemia COVID-19 y la cuarentena causaron
en cada familia múltiples emociones, las condiciones materiales de estudio
varían en cada hogar, el acceso a internet y el contar con dispositivos
necesarios: computadoras, laptops o celulares es un desafío, pero pese a esa
complejidad, “el aprendizaje debe continuar”.
Los padres de familia están asumiendo los procesos educativos de sus
hijos debido a la pandemia de COVID-19, la cuarentena y medidas de emergencia
sanitaria impide que millones de estudiantes retornen a las labores escolares
desde el nivel inicial hasta el secundario. En este proceso de educación, el
apoyo de los padres es la clave fundamental para el buen aprendizaje de los
estudiantes en el nuevo contexto que plantea la pandemia.
Los padres se han convertido en el brazo derecho y fundamental de los
profesores, ya que “El rol de los padres es importante ante un hecho histórico
inolvidable (como la pandemia), y deben de tomar esta coyuntura desfavorable
como una gran oportunidad para seguir aprendiendo y tener una mejor
comunicación con sus hijos”.
Está claro que los padres no son profesores, no conocen herramientas
pedagógicas y viven con muchas preocupaciones en mente; sin embargo, deben de “tener
paciencia” con sus hijos y escucharlos ya que lo que hagan, marcará la vida de
los estudiantes.
Los padres no pueden apoyar a sus hijos sin antes evaluarse a
sí mismos emocionalmente, porque el estado emocional cobrará factura de la
relación con los hijos, deben de armar las piezas de la vida familiar que se desordenaron
(por el COVID-19).
Como padres, debemos de encontrar tiempo para ayudarles, y desarrollar
habilidades como la escucha activa, actuar con ternura, tener firmeza, pero con
generosidad, poner límites sin dejar de establecer responsabilidades y jamás
afirmar que el hijo “no sabe nada”, más bien darles su tiempo para que aprendan
de acuerdo con su individualidad. Y como un aspecto positivo de lo que sucede:
“Muchas familias han aprendido a ser familias”.
Por eso debe de valorarse todo esfuerzo para continuar pasando clases,
porque sin padres de familia, maestros y unidades educativas, este nuevo
proceso de educación “no funcionará”.
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