El agotamiento del gas natural era inevitable desde que el MAS
sobreexplotó los campos productores y se sabía que llegaría el momento
fatídico, pero lo que no se sabía es que iba a llegar poco a poco.
La noticia de que el ingenio azucarero de Bermejo deberá usar leña o
bagazo de caña porque se quedó sin gas es el primer golpe de esta nueva
realidad que pronto llegará a todo el país, incluso a los hogares.
Por el momento, los funcionarios de YPFB deben inventar disculpas para
decirles a los representantes del Gobierno argentino que la sexta adenda para
fijar los volúmenes que se enviarán desde enero próximo no podrá ser firmada.
En realidad, esto lo veían venir los argentinos desde que se firmó la
quinta adenda y la parte boliviana pidió que el compromiso de envío de gas
tenga la cláusula de “interrumpible”, que rige en este momento.
Esta crisis boliviana coincide con el fin del reinado de los
combustibles de origen fósil en todo el mundo, porque deberán ser reemplazados
por la salud del planeta, según los acuerdos de reducción de las emisiones del
CO2.
Expertos del sector dicen ahora que el actual boom del
precio del petróleo será el último de la historia, porque dentro de quince años
el mundo estará usando energías limpias.
En la década siguiente se habrá acabado el reinado del petróleo en el
mundo, un reinado que comenzó en 1860, en Estados Unidos. Por esos mismos años,
en laboratorios de La Paz y París se estaba descubriendo la cocaína como parte
de la “hoja sagrada”.
El petróleo y la cocaína nacieron juntos pero la droga sobrevivirá al
combustible de origen fósil. Bolivia se habrá quedado sin gas en esta década,
pero seguirá produciendo y exportando droga, quien sabe por cuánto tiempo más.
Según las Naciones Unidas, la capacidad de producir cocaína de Bolivia
aumentó en 44% entre 2010 y 2020, en el gobierno del cocalero Morales, como se
puede ver por la cantidad de cultivos que han invadido todos los parques
nacionales.
Pero el gas se acabará dentro de tres o cinco años y se han hecho pocos
esfuerzos por crear fuentes alternativas de energía. En materia de petróleo y
gas lo que predomina en nuestro país son los mensajes de propaganda política,
pero nada serio.
En este momento, en vez de admitir la crisis e informar sobre el futuro
de las nuevas energías en Bolivia, el Gobierno opta por mentir a los bolivianos
anunciando la posibilidad de descubrimientos, pero todos sabemos que son solo
propaganda irresponsable.
El país necesita gobiernos responsables para encarar temas tan
sensibles.
El autor es periodista.
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