La institución se compromete a investigar, pero para iniciar
el proceso penal ordinario los colectivos de mujeres están buscando asesoría
para presentar las declaraciones a la FELCV
Tras las denuncias publicadas en la página de Facebook
“Confesionario UCB” en contra de un sacerdote a cargo de las clases de
Cristianismo en la Universidad Católica Boliviana (UCB) por acoso sexual, la
Iglesia Católica emitió un comunicado oficializando la suspensión temporal del
sindicado mientras se lo investiga. Por la vía penal aún no existen avances
sobre el caso.
El lunes se conoció la Confesión 117 de esta página de
Facebook, en la que una ex estudiante denuncia haber sido víctima de agresiones
por parte de este clérigo. A raíz de esto, desde el martes hasta hoy siguen apareciendo
ex estudiantes que lo identifican como Padre Coco y recuerdan con “miedo y
asco” los penosos episodios por los que las hizo pasar.
Es así, que el obispo de la Diócesis de Tarija, monseñor
Jorge Saldías, hizo pública la postura de la Iglesia.
“Se están asumiendo medidas preventivas, como la suspensión
temporal del clérigo denunciado de las funciones pastorales y educativas que
este estaba desempeñando, por el tiempo que dure la investigación o hasta que
se tomen otras determinaciones”, dijo.
Mientras tanto, señaló que se seguirá el procedimiento
canónico para establecer responsabilidades y evitar hechos futuros. Aunque,
aclaró que esto no reemplaza el proceso penal que corresponde.
Suman denuncias
Paulatinamente se publicaron nuevos testimonios, en los que
declaran que, además de acosarlas, el Padre aprovechaba su espacio de poder,
como lo dice la Confesión 147.
“En segundo semestre solicité una beca y en una reunión con
el Padre Coco tuve tocamientos en manos y brazos. Me tomó con sus manos (…)
además de pedirme que lo busque en su parroquia. Hasta que salí, comprendí que
era acoso, pero no podía hacer nada. En sus manos estaba mi beca”.
Antes, salió también la Confesión 139 donde indican que el
sacerdote la llevó incluso a su dormitorio, cuando ella pidió su ayuda para
superar una crisis nerviosa.
“Me citó en la iglesia San Martín de Porres, me llevó hasta
el último piso, me di cuenta que era su cuarto (…) le dije mi situación
pensando que me apoyaría. Pero me preguntó si había pensado tener sexo, si me
gustaba o considero tenerlo por algo de plata. Se acercó y me tocó
desvergonzadamente la pierna. Lloré demasiado”.
Proceso penal
El País intentó contactar al fiscal departamental, Wilson
Tito Torrez, pero la autoridad no respondió. Sin embargo, se conoce de manera
extraoficial que aún no exista causa alguna. Lo mismo ocurrió cuando se llamó
al sacerdote identificado para obtener su contraparte.
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