Maria Fernanda Salgueiro Flores
Resumen
El presente artículo muestra el valor y la importancia de los juegos
tradicionales teniendo como punto de partida la Jornada de Juegos Tradicionales
en nuestra región del Chaco en la cual se aborda resaltando aspectos
significativos de la implementación de una jornada de juegos tradicionales en
el ámbito educativo que beneficie el desarrollo integral de las niñas y los
niños entablando a partir del desarrollo psicomotriz.
1.
Introducción
El séptimo principio de la Declaración de los Derechos del Niño, aprobada
por las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959, puntualiza: “El niño debe
disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deberán estar
orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las
autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho”.
Se puede observar con tristeza que cada vez son menos los niños, jóvenes y
adultos que practiquen estos juegos, y que la llegada de la revolución
tecnológica ha traído consigo cambios en la actitud respecto a los juegos
tradicionales. Según platón en Las Leyes ”el juego es un factor determinante en
la formación del ciudadano perfecto, haciendo hincapié también en la
importancia del respeto de las reglas de juego como aprendizaje para una vida
comunitaria armónica” por lo que la revalorización de los juego tradicionales
ayuden en gran medida a emplear el tiempo libre en actividades que involucren y
favorezcan el desarrollo, no solamente motriz, pero si, a partir del desarrollo
motriz encausando al desarrollo integral y a una vida comunitaria.
Implementar una jornada de juegos tradicionales motiva a preservar nuestra
identidad cultural y a un proceso de aprendizaje de forma placentera.
“conociendo nuestros juegos, estamos conociendo y entendiendo mejor nuestra
cultura. Los juegos forman parte de nuestro patrimonio cultural y lúdico, es
decir del conjunto de bienes, valores y recursos de un pueblo, región o país” (Lavega
2000).
La nueva era en la que los juegos, en los que la
participación, la cooperación y la aventura no son su característica, y la
práctica de los juegos tradicionales está quedando en un segundo plano. Debemos
recordar aquellos momentos de nuestra niñez, aquellos instantes de goce y
alegría que vivimos cuando jugábamos al trompo, la pesca pesca, a la gallinita
ciega o simplemente dejábamos que nuestra imaginación nos conduzca a lugares
inimaginados y pensar en la herencia lúdica que dejaremos a las futuras
generaciones.
2.
¿Qué son los juegos tradicionales?
“Son aquellos juegos típicos de una región o país, que se realizan sin la
ayuda o intervención de juguetes tecnológicamente complicados, solo es
necesario el empleo de su propio cuerpo o de recursos que se pueden obtener
fácilmente de la naturaleza (piedras, ramas, tierra, flores, etc.), u objetos
domésticos como botones, hilos, cuerdas, tablas, etc.” (Definista). También
tienen la consideración de tradicionales los juegos que se realizan con los juguetes
más antiguos o simples (muñecos, cometas, peonzas, pelotas, canicas, dados,
etc.), especialmente cuando se autoconstruyen por el niño (caballitos con el
palo de una escoba, aviones o barcos de papel, disfraces rudimentarios,
herramientas o armas simuladas); e incluso los juegos de mesa (de sociedad o de
tablero) anteriores a la revolución informática (tres en raya, parchís, juego
de la oca, barquitos etc.) y algunos juegos de cartas.
Los juegos tradicionales en
la concretización del Modelo Educativo Socio Comunitario Productivo. “El juego es una actividad mental y
física esencial que favorece el desarrollo del niño de forma integral y
armoniosa” (Eduardo Crespillo Alvaréz), el niño se siente intrigado y motivado
con el juego, pues el juego es parte primordial de su vida, por lo que se
convierte en una estrategia que nos permite abordar la formación integral. Para
una práctica transformadora de la maestra y el maestro del área de Educación Inicial
en Familia Comunitaria, Educación Primaria Comunitaria Vocacional y Educación
Secundaria Productiva se sugiere abordar e incorporar los juegos tradicionales
en los procesos educativos como estrategia que permita fortalecer la identidad
cultural y la consolidación de los principios y valores socio comunitarios de
nuestras culturas, revalorizando los saberes y conocimientos ancestrales
fundamentada en el aprendizaje comunitario
Conclusiones
Los juegos tradicionales como patrimonio de la humanidad y de cada
comunidad se los debe proteger y promover en el ámbito educativo y social,
motivando e incentivando el manejo apropiado del tiempo libre a través de
actividades lúdicas que desarrollen las habilidades y destrezas motrices en
concordancia con la formación integral y holística. Promocionar e incentivar la
práctica de los juegos tradicionales y autóctonos que son y han sido parte de
nuestra cultura. La práctica de los juegos tradicionales promueve la identidad
cultural beneficiando a las relaciones sociales y al vivir bien, por lo que la
implementación de una jornada de juegos tradicionales permitirá fortalecer el
proceso educativo. Una jornada de juegos tradicionales consentirá que el niño a
través del juego vaya desarrollándose en toda su infancia, además del
desarrollo psicomotor, el niño asimila una diversidad de criterios que le
permitirán su integración a la sociedad y poder convivir en ella en un futuro.
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