Domicilios particulares, establecimientos escolares, hasta hospitales y clínicas sufren diariamente los efectos de esta represión.
Este lunes el conflicto que tienen los cocaleros afiliados a Adepcoca con la Policía ingresó a su cuarta semana consecutiva con una nueva represión policial que llegó a las puertas del mercado de coca ubicado en la zona de Villa Fátima. Mientras los vecinos de la zona y los padres de familia de los escolares de todo este distrito exteriorizaron llamaron a asambleas para exigir el cese del conflicto.
“La Policía ha gasificado sin ningún tipo de miramiento y directo a la casa de Adepcoca, los compañeros estábamos dentro y tuvimos que soportar los gases, nos gasifican por pedir el cumplimiento de la ley”, dijo Freddy Estivariz, un campesino que llegó desde Los Yungas para defender el mercado donde llega con su coca y vende a los comerciantes.
Como Freddy, este lunes cientos de cocaleros llegaron a La Paz para marchar contra el mercado paralelo de coca en la calle 1 de Villa El Carmen; pero la Policía impidió que se inicie la marcha de protesta y empezó a gasificar apenas se inició la misma; fueron ocho horas de represión esporádica.
Arnold Alanes, el dirigente paralelo de los cocaleros, adelantó que será la cuarta semana de fracaso de sus detractores; tiene como respaldo la custodia de su mercado de casi medio millar de policías que custodian los accesos a este abasto ilegal; mientras que otro grupo se dedica a gasificar a los cocaleros.
Los vecinos de Villa El Carmen edificaron barricadas en su zona para impedir el paso a sus calles, aunque este lunes la gasificación fue en Villa Fátima; mientras que las juntas escolares de toda esta ladera convocaron a una conferencia para mañana.
Pedir a las autoridades nacionales garantías departamentales para todos los estudiantes y denunciar la vulneración de derechos de todas las unidades educativas del distrito 3 por el conflicto del sector cocalero de Los Yungas de La Paz”, señala el pronunciamiento de los padres de familia.
Los vecinos de Villa El Carmen responsabilizaron a Arnold Alanes de ser el causante de todo, pues hasta que él abrió su mercado, no había problemas. “La culpa es de los cocaleros, ellos lanzan dinamita”, les dijo un policía a los vecinos que reclamaban por la destrucción de los vidrios de sus casas.
La Defensoría del Pueblo fijó en 600 campesinos la movilización de este lunes, aunque las imágenes revelaban que la cantidad era muy superior a esa cantidad. La Defensoría “observó” el uso indiscriminado de cachorros de dinamita desde el bando de los cocaleros y de los gases lacrimógenos desde la Policía; abogó por un puente de diálogo entre los dos sectores.
Para los campesinos yungueños este llamado a “diálogo” desde la Defensoría es lo misma que hace el Gobierno, intentan convencer a los productores aceptar el mercado ilegal y compartir la comercialización de coca, aunque la ley no lo permite.
Los cocaleros ya adelantaron que no cesarán en su demanda de cierre del abasto de Arnold Alanes, quien se empeña en descalificar a sus adversarios. Domicilios, establecimientos escolares, hasta hospitales y clínicas sufren diariamente los efectos de esta represión que ejerce la policía contra los campesinos yungueños.
No hay comentarios.: