Una mujer del estado de Indiana (EE.UU.) se convirtió este
miércoles en la primera acusada en recibir una sentencia por el asalto al
Capitolio estadounidense del pasado 6 de enero.
Anna Morgan-Lloyd, que describió con
anterioridad esa fecha como "el día más emocionante" de su vida, se
mostró arrepentida este miércoles durante la audiencia ante el juez de la Corte
de Distrito de EE.UU., Royce Lamberth, según varios medios de comunicación
locales.
La simpatizante del expresidente estadounidense
Donald Trump, (2017-2021) que pasó diez minutos dentro del Capitolio durante la
insurrección, fue condenada por un delito menor -entrar sin autorización en un
edificio público- y quedó en libertad condicional sin pena de cárcel.
Es en cualquier caso la primera acusada del
asalto en conocer su castigo en el marco de la investigación de los disturbios.
Morgan-Lloyd, de 49 años, también tendrá que
abonar 500 dólares de multa tras declararse culpable de este delito por entrar
al Capitolio junto con la muchedumbre que protagonizó aquel asalto el pasado 6
de enero.
Durante la lectura de la sentencia, el juez
Lamberth criticó a los legisladores republicanos por restar importancia a la
violencia los hechos del pasado 6 de enero.
Lamberth dijo estar "especialmente
preocupado" por los relatos de algunos miembros del Congreso de que el 6
de enero fue "solo un día de turistas caminando por el Capitolio".
El magistrado se refería a las declaraciones de
mayo de un miembro republicano de la Cámara Baja, Andrew Clyde, que comparó el
asalto al Capitolio con "una visita turística normal".
"No sé en qué planeta estaban... Esta no
fue una manifestación pacífica. No fue un accidente que se volviera violento;
tenía la intención de detener el funcionamiento mismo de nuestro
gobierno", insistió el magistrado Lamberth.
Sin embargo, el juez dijo que Morgan-Lloyd, la
primera sentenciada, evitará ir a la cárcel porque no participó en la violencia
y condenó a quienes lo hicieron.
El pasado 6 de enero cientos de seguidores del
expresidente Donald Trump (2017-2021) irrumpieron en la sede del Congreso de
EE.UU., cuando se celebraba una sesión conjunta de las dos cámaras para
ratificar la victoria del demócrata Joe Biden en los comicios de noviembre
pasado.
Aparte de los cinco fallecidos, cerca de 140
agentes fueron agredidos por manifestantes partidarios de Trump, que iban
armados con hachas, bates, palos de hockey y otras armas, según datos de las
autoridades.
El Departamento de Justicia reveló a principios
de junio que cerca de 440 personas han sido imputadas por cargos relacionados
con el asalto de enero, incluidas unas 125 por agresión a la autoridad.
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