Tengo cierta curiosidad morbosa –no cabe otra palabra– por ver cuánta
votación obtiene el masista Franklin Flores. Nada menos que para la
“gobernación” de La Paz. Cuán idiota es realmente el individuo es algo por
demás expuesto al conocimiento público: se quedó 23 años de estudiante en la
universidad. Vez que ha abierto la boca últimamente, además, ha sido para
emitir una u otra estupidez mayúscula, registradas por la pasmada prensa.
Sin embargo, por ser del MAS, sacará sus votos, muchos inclusive.
Me parece interesante, entonces, considerar el universo de votantes del
personaje.
Cualquiera sabe que pasarse 23 años como estudiante significa, sin
excepciones, que se trata de una vida basada en el engaño y la mentira (ante sí
mismo, su familia, todos los demás), aparte de la incapacidad, por bruto, de
vencer los exámenes. Pero igual, habrá quienes voten por él para un puesto
difícil y complejísimo.
Es interesante pues analizar a quienes voten por él, ya sea a sabiendas
de que es un bruto, o porque ni siquiera llegan a enterarse, por mucho que la
información esté servida.
Tenemos, pues, dos grupos de entrada. En el primero, el de los que
votarán por Flores, aun sabiendo que lo hará malísimo, todavía hay que
diferenciar entre los pasivos resignados, los pragmáticos partidistas y los
sumisos a las órdenes de Evo, por cuyo fraude estamos en esta situación.
Y, de entre los que ni siquiera se enteran o dan cuenta de que se trata
de alguien verdaderamente estúpido y de lo peor, hay que diferenciar todavía:
–el voto oveja: grupos o comunidades a las que se les ordena por quien
votar y punto, ay de que se descubra luego otro voto… chicotazos
–los tan tontos como él: no son capaces ni de encontrar la información
ni de deducir las consecuencias de ella
–los fanáticos: no les importa la calidad de ningún personaje: basta con
que sea comprobadamente masista
–los peores: intelectuales educados que, haciendo caso omiso de la baja
calidad del personaje, creen que se trata, antes, de un “voto revolucionario”.
–Otros.
Acabo de enterarme, además, de que “Mujeres de provincias de La Paz
plantean que la infidelidad sea tipificada como delito penal.”
Me imagino que esas mujeres también estarán entre las votantes de
Flores.
Siendo así la cosa, ¿qué entendemos por “elegir”?
Facetas difíciles de la democracia…
El autor es escritor.
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