EFE
Muchas mujeres que participaron en las marchas con motivo
del Día de la Mujer, pudieron salir la mañana de este martes de sus refugios,
tras pasar la noche escondida de las fuerzas de seguridad.
La junta militar de Birmania intensifica la represión con el
cierre de medios de comunicación, la detención de periodistas y tácticas de
acoso como el cerco durante toda la noche de manifestantes en un barrio de
Rangún.
Centenares de personas, muchas de ellas mujeres que habían
estado participando en las marchas con motivo del Día de la Mujer, pudieron
salir en la mañana del martes de sus refugios tras pasar la noche aterrados y
escondidos de las fuerzas de seguridad.
Los manifestantes quedaron acorralados en el barrio
Sanchaung, en el centro histórico de Rangún, después de que la Policía
bloqueara a última hora de la tarde del lunes todas las vías de salida.
Las fuerzas de seguridad lanzaron granadas aturdidoras y
dispararon en repetidas ocasiones mientras los manifestantes reclamaban a
gritos que les dejaran salir.
Muchos de ellos se escondieron en casas de vecinos a la
espera que la policía y los servicios secretos, que intimidaron a los
residentes aporreando las puertas casa por casa, levantaran el asedio.
El cerco terminó en la madrugada, pero algunos de los
acorralados comentaron que aún esperaron hasta la salida del sol para abandonar
su escondite ante el temor de que la retirada fuera una treta de los
uniformados.
Al menos 40 fueron detenidos durante el asedio, indicaron a
Efe testigos, que señalaron que camiones militares abandonaron el lugar con los
arrestados.
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