Lic. Carlos Edgardo
Rodríguez Galean
Lic. Erika Natalia
Vedia Blanco
La alimentación es la base para el desarrollo integral de todos los
seres vivos, nos proporciona diferentes minerales, vitaminas, etc. los cuales
son vitales para el funcionamiento de nuestro organismo, nos permiten estar
activos, motivados y con las energías necesarias para desarrollar diferentes
actividades en nuestra vida diaria, asimismo hacen que podamos vivir
saludables, en armonía y libres de enfermedades.
La alimentación integral es fundamental en nuestros niños, para un
desarrollo saludable que permita tener las condiciones óptimas en las actividades
cognitivas, físicas, artísticas, etc. para esto hace falta que nuestros
niños/as tomen conciencia de la importancia de consumir alimentos saludables
como verduras, frutas y otros que tengan las proteínas que su cuerpo necesita.
La práctica educativa comunitaria ha demostrado que muchos estudiantes no
tienen buenos hábitos alimenticios, por tanto en el presente escrito se pretende
concienciar, a la comunidad a que puedan adquirir buenos hábitos alimenticios
siendo los más pequeños beneficiados en gran magnitud.
En la actualidad algunas familias tienen
malos hábitos alimenticios, los cuales no son favorables para los niños,
ellos están en una etapa de crecimiento, desarrollo físico y cognitivo, donde
es necesario ingerir una variedad de alimentos nutritivos que necesitan para
mantenerse sanos, sentirse bien y tener la energía suficiente, para realizar
las diferentes actividades, una mala alimentación puede generar una diversidad
de enfermedades que no permitirá un desarrollo pleno de sus capacidades,
habilidades y potencialidades.
Los padres de familia cumplen un rol importante en la buena alimentación
de los niños y niñas, por tanto ellos son los que deben inculcar desde casa al
consumo de alimentos saludables como frutas, verduras frescas y de colores
variados, que contengan minerales, vitaminas, proteínas, carbohidratos, grasas,
agua, obviamente de manera equilibrada, no se trata de hacer dietas estrictas
con nuestros niños y niñas, se trata de que crezcan sanos, fuertes y que estén
aptos para que desarrollen diferentes actividades.
Muchas madres y padres de familia parecen no darse cuenta de la gran
responsabilidad que tienen para con sus hijos dentro de lo que es la alimentación,
porque se observa que en varias Unidades Educativas hay diferentes ventas de
productos alimenticios nada saludables en su mayoría, existe un alto consumo de
alimentos llamados “chatarra” por parte de los estudiantes, porque vienen a la
Unidad Educativa sin tomar desayuno o sin almorzar, por tanto los padres no se cercioran
de qué alimentos consumen sus hijos durante su ausencia; en momentos que los
dejan solos en casa, cuando están en la escuela, etc.
Durante nuestra experiencia vivida en la práctica educativa comunitaria (PEC)
pudimos evidenciar que algunos niños y niñas no tienen buenos hábitos en el
consumo de alimentos nutritivos para su salud y están consumiendo alimentos que
no benefician y no aportan en su desarrollo integral, debido a diferentes
causas como la falta de tiempo por parte de padres de familia los cuales no apoyan
a sus hijos e hijas en desarrollar buenos hábitos de alimentación y permiten
que los niños y niñas consuman fuera del hogar o lleguen a clases sin consumir
ningún tipo de bocado. Lo más factible para estos padres de familia es dar
dinero a sus hijos/as para que puedan comprar alimentos de la calle, poniendo
en riesgo su salud y sin tomar conciencia de los problemas y enfermedades que
le puede ocasionar el consumo de estos alimentos chatarras, lo cual lastimosamente
es tan fácil encontrar en nuestro contexto y en muchos otros y no son nada
saludables, para una buena nutrición en el desarrollo integral del niño/a
porque muchos de estos alimentos no son supervisados en su higiene.
LA IMPORTANCIA DE LOS BUENOS
HABITOS ALIMENTICIOS EN LA FORMACIÓN INTEGRAL DE LOS NIÑOS
La mala alimentación se constituye en un elemento determinante en el
desarrollo de las habilidades, capacidades y potencialidades de los niños y
niñas. Es por esto que nosotros debemos implementar diferentes actividades y estrategias
innovadoras que aporten y garanticen la práctica de la buena alimentación en el
niño y niña como: charlas de concientización a padres de familia y estudiantes,
implementación de un kiosco saludable, ferias nutricionales, huertos escolares
para que de alguna manera permitan tomar conciencia en toda la comunidad
educativa, asimismo pedir a las autoridades municipales, regionales,
departamentales y nacionales que generan políticas que garanticen una buena alimentación
en la población general y en particular en los estudiantes quienes están en una
etapa de desarrollo donde es fundamental una alimentación saludable y
nutritiva.
Los padres de familia son los primeros responsables de generar hábitos
alimenticios saludables que permitan a sus hijos un desarrollo pleno de sus
habilidades, capacidades y potencialidades tanto dentro del ámbito educativo,
como dentro de sus hogares y comunidad, para que no sufran las consecuencias de
lo que conlleva tener malos hábitos alimenticios.
Asimismo los padres de familia deben tomar conciencia sobre esta gran
problemática que un niño o niña con una mala alimentación le dificulta en el
desarrollo físico y cognitivo y de esta manera no pueda desarrollar sus
habilidades, capacidades y potencialidades al máximo, la mala alimentación
provoca que el niña/o se vea perjudicado y muchas veces no tienen la energía
necesaria para realizar sus actividades, es por esto que se debe trabajar de una
manera comunitaria, concientizando a los padres de familia, niños, niñas para
el consumo de alimentos apropiados para su salud.
Por tanto los buenos hábitos alimenticios son imprescindibles desde la
infancia y por eso es importante que los padres den el ejemplo para educar al
niño y niña en su alimentación, porque si ellos observan a sus padres, ellos lo
practicarán y aprenderán con más facilidad, la decisión siempre recaerá en los
adultos, es importante generar espacios de concientización no solo prohibir sin
fundamentar, se debe trabajar de manera sistemática en este tema, será
importante ayudarles a tomar las mejores decisiones posibles y enseñarles desde
temprana edad que los excesos son muy perjudiciales para nuestra salud, en
definitiva una alimentación sana y equilibrada, es cuestión de enseñar desde el
hogar y esto favorecerá a un buen desempeño y rendimiento integral en la
escuela y por ende un buen estado anímico en niños y niñas que en el futuro beneficien
a nuestra sociedad.
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