Hay certeza de que al oficialismo no le irá bien en las próximas
elecciones a gobernadores de departamento y alcaldes municipales. Eso lo saben
los líderes del Movimiento al Socialismo (MAS). No faltarán masistas que
creerán que esto sucederá por haberse elegido para los comicios un día considerado
popularmente de mala suerte. Pero también habrá quienes, pese a callar, saben
que el motivo de los malos resultados se deberá a cuatro meses de prepotencia,
malas decisiones, arbitrariedad y fracaso en el manejo del Estado.
Esto ha dado lugar –eso lo sabemos todos– a las torpes acciones ilegales
de una administración de justicia totalmente alineada con el partido de
gobierno, y dispuesta a convalidar errores e incitativas a tomar medidas
abusivas e ilegales, especialmente con los candidatos que, con seguridad,
cuentan con mayor apoyo ciudadano. Esto ha sucedido hace pocos días con una
citación judicial al candidato a gobernador del departamento de Santa Cruz,
Luis Fernando Camacho, que encabeza todas las encuestas. Pero no es el único.
También se inhabilitó al candidato a alcalde municipal de Cochabamba, Manfred
Reyes Villa, quien, sin ninguna duda, tiene el apoyo mayoritario de los
votantes de su ciudad, lo que anuncia graves trastornos para el Gobierno.
Por otro lado, hay declaraciones injuriosas contra el candidato a
alcalde de la ciudad de La Paz, Iván Arias, y amenazas contra la candidata a
alcaldesa de El Alto, Eva Copa, disidente del MAS. Tampoco se puede dejar de
mencionar la fallida citación judicial a la expresidenta Jeanine Áñez,
candidata a gobernadora del Beni. Eso no prosperó por ser una ostensible
violación a la ley que establece que los mandatarios y exmandatarios solo
pueden ser encausados por la Asamblea Legislativa.
Mientras tanto, el presidente Arce Catacora, involucrado en la campaña
electoral, reitera que solo coordinará programas y obras si los gobernadores y
alcaldes electos son de su partido: el MAS. Esta amenaza, muestra que las
elecciones no serán “libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto
como expresión de la soberanía”, según lo establece el artículo 3° de la Carta
Democrática Interamericana, aprobada por unanimidad por los países miembros de
Organización de los Estados Americanos (OEA).
Para el populismo, perder elecciones es inaceptable. Esto es más
evidente si se considera que el ahora presidente Arce, durante su campaña
electoral, afirmó que su gobierno irá hacia el socialismo, siguiendo el modelo
del gobierno de la Cuba de los Castro. Esto significa que el propósito es
instalar un régimen extremista de partido único. Y, para ello, requiere el
apoyo generalizado que no se advierte.
Estos retrocesos electorales, suelen ser producto de la soberbia: se da
por hecho que el MAS cuenta con una mayoría permanente. Se procura ignorar que
hay cambios de opinión en la ciudadanía. Es el corsi e ricorsi de Giambattista
Vico: “La historia no avanza de forma lineal, sino en forma de ciclos...”, y el
ciclo del populismo está terminando.
El autor es exembajador de Bolivia.
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