BBC Mundo
En el último año se ha disparado el número de personas de la
India que buscan asilo en EEUU, muchos de ellos perseguidos por su religión,
sus ideas políticas o su orientación sexual
Una familia india aspira a solicitar asilo político en
EE.UU. tras cruzar desde México al estado de Arizona.
Abiertamente gay en una región especialmente conservadora
del Punjab en la India, Jashan Preet Singh tuvo una vida muy dura por mucho
tiempo.
Singh, de 24 años, estaba acostumbrado a la discriminación
diaria en su ciudad natal, Jalandharm, donde sufría el acoso y las palizas de
sus vecinos y su familia, que en gran medida le había dado la espalda.
Pero lo que sucedió a finales del año pasado fue aún más
grave.
"Unas 15 o 20 personas intentaron matarme",
declaró a BBC desde Fresno, California. "Me escapé de allí y salvé mi
vida. Pero cortaron varias partes de mi cuerpo".
El ataque le dejó un brazo mutilado y un pulgar cercenado.
La fuga de Singh le llevó en un viaje por Turquía y Francia
para alcanzar finalmente la frontera entre México y Estados Unidos, a casi
12.800 km de distancia, donde cruzó a California para comenzar una nueva vida
en el país norteamericano.
Durante años la llegada de inmigrantes indios a EEUU venía
siendo lenta pero constante, con decenas e incluso cientos cada mes.
En 2022, sin embargo, las cifras se han disparado.
Desde el inicio del año fiscal (el pasado octubre) las
autoridades estadounidenses han detenido a una cifra récord de 16.290
ciudadanos indios en la frontera con México.
El máximo anterior era de poco más de la mitad, 8.997, en el
año 2018.
Los expertos enumeran una serie de razones para este
aumento: el clima de discriminación en India, el fin de las restricciones por
la pandemia, la percepción de que la actual administración de EEUU recibe a los
solicitantes de asilo y el crecimiento de las redes de contrabando.
Migrantes de India detenidos en la frontera de EE.UU. y
México. . El número de inmigrantes indios detenidos en la frontera ha aumentado
constantemente desde 2014. .
Aunque algunos migrantes indios van a EEUU por razones
económicas, muchos huyen de la persecución, asegura Deepak Ahluwalia, un
abogado de inmigración que ha representado a ciudadanos de este país en Texas y
California.
Estos abarcan desde musulmanes, cristianos o hindúes de
"casta baja" hasta miembros de la comunidad LGBT que temen la
violencia de nacionalistas hindúes extremos, así como partidarios de movimientos
secesionistas y agricultores de la región de Punjab, sacudida por protestas
desde 2020.
Las condiciones de vida de muchas de estas personas se han
deteriorado en los últimos años, según los observadores internacionales.
Decisiones difíciles
Tomar la decisión de dejar su país no fue fácil para Singh.
Primero consideró mudarse a otra ciudad india, pero temía
que lo trataran igual de mal.
"No hay una cultura de mente abierta hacia las personas
homosexuales", asegura. "Ser gay allí es un gran problema".
India solo despenalizó el sexo entre personas del mismo
género en 2018, y el matrimonio sigue siendo ilegal.
El hermano de Singh lo puso en contacto con una
"agencia de viajes" india, en realidad una sucursal de una
sofisticada y costosa red de contrabando.
Ciudadanos indios procesados por funcionarios de inmigración
de EE. UU. después de cruzar la frontera
Ciudadanos indios procesados por funcionarios de inmigración
de EE.UU. después de cruzar la frontera el 26 de septiembre.
Esta lo llevó primero a Turquía, donde "la vida era muy
dura", y luego a Francia, donde consideró quedarse, pero no pudo encontrar
trabajo. Fueron más de seis meses de viaje.
Al final su "agente de viajes" hizo los arreglos
para que se uniera a un pequeño grupo de indios que se dirigían a EEUU, donde
muchos, también él, tenían familiares.
"Nos cobró mucho dinero", dijo Singh. "De
Francia me llevó a Cancún, y de ahí a Ciudad de México y al norte".
Un viaje aún más complicado
Los migrantes como Singh suelen ver Estados Unidos como
"la puerta de entrada definitiva" a una vida mejor, afirma Ahluwalia,
el abogado.
Sin embargo, la enorme distancia hace que el viaje a los
EEUU sea extremadamente complicado.
Tradicionalmente los inmigrantes indios que llegan a la
frontera entre Estados Unidos y México han usado servicios de contrabando
"de puerta a puerta", con viajes organizados desde India hasta
América del Sur.
A menudo les guían por todo el camino y viajan en pequeños
grupos con sus compatriotas que hablan el mismo idioma, en lugar de hacerlo
individualmente o solo con miembros de la familia.
Estas redes a menudo comienzan con "agentes de
viajes" en India que subcontratan partes del trayecto a grupos criminales
asociados en América Latina.
Jessica Bolter, analista del Instituto de Políticas
Migratorias con sede en Washington DC, explicó que la afluencia de migrantes
indios también está aumentando como resultado del "efecto llamada"
que se produce cuando quienes han usado estos servicios los recomiendan a
amigos o familia en la India.
"Naturalmente crecen y atraen a más migrantes",
dijo, aunque matizó que "por supuesto, eso no sucede sin que primero los
migrantes quieran irse".
La experiencia de Manpreet, un joven de 20 años de Punjab
que pidió ser identificado solo por su nombre de pila, es la típica de quienes
usan la ruta del sur.
Vocal crítico del partido gobernante BJP (Partido Bharatiya
Jannata) de India, huyó del país tras ser perseguido por sus ideas políticas.
"De Ecuador tomé un bus a Colombia y de Colombia otro a
Panamá", recordó Manpreet en una entrevista con BBC desde California.
"Desde allí, en un barco, (fui a) Nicaragua y
Guatemala, luego a México, y entré a EEUU".
Un comienzo nuevo e incierto
Una vez en Estados Unidos, los inmigrantes como Singh
inician un largo proceso legal para solicitar asilo.
La mayoría de las veces comienza con lo que los funcionarios
estadounidenses denominan una "entrevista de miedo creíble", en la
que deben convencer a las autoridades de que se enfrentarán a una persecución
si regresan a casa.
"Este primer paso es el más importante", explica
Ahluwalia.
Si el agente "considera que no hay un miedo creíble, su
caso nunca avanzará. Eso es desastroso".
Si, de lo contrario, cree que los temores son fundados, es
probable que el aspirante a solicitante de asilo reciba un aviso para
comparecer ante un juez de inmigración que considerará su petición.
El proceso es largo, con tiempos de espera de varios años
-algo que últimamente se ha convertido en norma en EEUU- sin la garantía de un
resultado positivo.
Singh, mientras, vive en Estados Unidos desde finales de
junio y está ahorrando dinero para contratar a un abogado.
Aunque su viaje fue largo y nadie le garantiza un futuro
estable en el país norteamericano, es mejor que la otra alternativa que tenía,
asegura.
"Siempre iba a temer por mi vida", afirma.
"Desde que estoy aquí, nunca he sentido algo así".
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