A sus 25 años, la estudiante chilena Emilia Schneider,
elegida este domingo como la primera diputada transgénero de la historia del
país, tiene las ideas muy claras: "La comunidad LGTBI tiene miedo de que
el próximo presidente sea de ultraderecha".
"Cuando avanzan este tipo de alternativas aumentan
los crímenes de odio porque los discursos discriminatarios encuentran
validación", aseguró en una entrevista con Efe el día después de las
elecciones, en las que el ultraconservador católico José Antonio Kast se alzó
como el candidato a la Presidencia más votado con un 27,9 % de apoyo.
Mientras esta joven feminista y activista LGTBI celebraba
su ascenso como representante de la capital en la Cámara Baja, el izquierdista
Gabriel Boric, la carta presidencial de su coalición, era superado de forma
inesperada por Kast y se quedaba en segundo lugar con un 25,8%.
Quien salga elegido en el balotaje, el próximo 19 de
diciembre, será "clave" para el futuro del país, agregó la
parlamentaria electa, que asumirá el cargo en marzo con el objetivo de dejar su
huella en la agenda legislativa del país con pioneras propuestas.
Mientras que una alternativa "busca ampliar derechos
de manera estable y dialogante", expresó, hay otra que busca
"retroceder en algunos temas como la Ley de Identidad de Género (que
permite desde hace tres años cambiar el registro de sexo y nombre) o en el
aborto en tres causales (que se aprobó en 2017)".
"Hoy en día está en juego la seguridad, la dignidad
e integridad de los derechos de la comunidad LGTBI y de las mujeres",
esgrimió.
DE LAS CALLES AL PARLAMENTO
Ya hizo historia al convertirse en la primera presidenta
transgénero de la poderosa Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile
(FECH) en 2019, mismo año en el que salió a las calles con otros miles de
jóvenes que buscaban cambios profundos durante el denominado "estallido
social".
Esa crisis sin parangón, que se extendió durante más de
un año con masivas marchas por la igualdad y que dejó una treintena de
fallecidos y miles de heridos, fue para la diputada electa un intento de
construir "un Chile mejor, que ponga en el centro la vida digna de todas
las personas".
Por eso, para ella, la votación del domingo pasado fue un
día "de sentimientos encontrados", "dulce y agraz", donde
la comunidad LGTBI hizo historia eligiendo a la primera parlamentaria trans y
por otro lado, se logró consolidar "una alternativa neofascista y
ultraconservadora".
"La ultraderecha busca que prime el miedo, pero
nosotros tenemos que hacer que se imponga la esperanza, la misma que nos llevó
a salir a votar por una nueva Constitución (en 2020) y la que ha primado en
esta última década de movilizaciones", aseguró.
UNA VENTANA PARA EL CAMBIO
Lo que sí está claro para Schneider es que Chile enfrenta
un nuevo ciclo, puesto que ninguno de los tres candidatos presidenciales más
votados forman parte de los grandes grupos que gobernaron desde la transición a
la democracia.
"Eso es muy revelador. Chile no quiere mirar al
pasado, pero todavía no está claro cuál es el futuro con dos alternativas tan
distintas", señaló.
Por lo pronto, la joven ve una "ventana de
oportunidad" en el Congreso, donde busca defender medidas como la
educación sexual integral y garantizar los derechos sociales de la comunidad
LGTBI y el acceso al trabajo digno con una ley que establezca un cupo laboral
trans.
Sobre la segunda vuelta, para la que, según los expertos,
será crucial convocar a los votantes indecisos y a los que se abstuvieron el
domingo (más de un 50 % del padrón), Schneider hizo un llamado tajante a acudir
a las urnas.
"No es poco lo que está en juego -concluyó- Son tus
derechos, los míos, la libertad de planificar nuestras vidas sin que
instituciones ultraconservadores nos digan cómo tenemos que vivir".
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