Ecos de Tarija
Las autoridades regionales buscan apoyo para solventar sus
problemas económicos, mientras reflotan instituciones para fortalecer la
autonomía; en Tarija se ven con recelo las iniciativas.
Semana tensa en política. Una semana que venía marcada por
la pandemia y que ha terminado por sacar a la luz algunas debilidades de la
Gobernación para un futuro inmediato que promete ser complejo.
El Chaco ha tomado la delantera en las gestiones para la
autonomía regional. En la semana, Carlos Brú, Miguel Rejas y José Luis Ábrego,
alcalde, asambleísta plurinacional y ejecutivo regional por Yacuiba respectivamente,
mantuvieron intensa agenda de contactos en La Paz con el objetivo elemental de
lograr crédito para las instituciones ante la caída de los ingresos derivados
del gas.
La estrategia de la Autonomía Regional es radicalmente
distinta a la Departamental, mientras el Gobernador Óscar Montes ha elevado
hasta los 3.198 millones de bolivianos la “deuda flotante” de la institución,
donde suma proyectos actuales, deudas de las empresas subsidiarias, etc., en el
Chaco rebajan la cantidad a unos manejables 400 millones de bolivianos
fundamentalmente en contrapartes y proyectos de inversión.
El optimismo en el Chaco sobre las gestiones es moderado. Ni
Brú ni Ábrego quieren repetir la gestión de José Quecaña, que dicen que “se
pasó de prudente” y nunca exigió al Gobierno un mejor trato económico a pesar
de las grandes deudas heredadas y de haber convertido al combativo Chaco en un
vergel de votos y poder para el Movimiento Al Socialismo.
No va a haber confrontación con Luis Arce, dicen, pero sí
cuestiones tácticas sobre la mesa. La Autonomía Regional debería zanjar las
polémicas arrastradas Chaco – Valle, dado que las autoridades chaqueñas ya
tienen todo el marco para gobernarse a sí mismas, pero a nadie se le escapa que
una relación tirante es “útil” políticamente para desgastar a Óscar Montes,
cuyos críticos – y los socios más radicales - le van a pedir responsabilidades
por no “controlar” al Chaco.
Desgastar
Por eso, dicen, Carlos Brú se ha esmerado en publicitar sus
“fructuosas” reuniones en La Paz con las autoridades de Gobierno – mientras
Montes aún espera ser recibido por el Presidente –, y por eso también Rubén
Vaca, alcalde de Villa Montes, ha promocionado la creación de la nueva
“Asociación de Municipios del Chaco”, paralela a la Asociación de Municipios de
Tarija, donde por cierto los tres alcaldes chaqueños llegaron a votar la semana
pasada para garantizar la mayoría del MAS y posesionar a William Guerrero,
alcalde de Padcaya, como presidente.
La relación de los alcaldes chaqueños con la estructura del
Gobierno Regional es casi de tutelaje, por los años y experiencia, pero también
por los recursos, ya que una buena parte del 45% que llega a las secciones va
después a las alcaldías de forma directa. La Asociación, por tanto, más que
paralelismos, busca otro asiento en las instituciones nacionales – la
Federación de Asociaciones de Municipios, por ejemplo – que vaya dando el
reconocimiento que piden los más radicales.
El Chaco espera también resolver problemas puntuales que
requieren intervención del Gobierno, como el de la contratación de personal
especializado para la lucha contra el Covid. En Tarija, mientras tanto, se
están por perder 62 ítems que debía financiar el Gobierno, habiendo sido esta
una de las promesas de campaña de Óscar Montes.
Calma tensa en la
Asamblea tarijeña
La Asamblea Departamental tiene un debate pendiente: la
abrogación o suspensión de un centenar de leyes que el Gobernador ha solicitado
para permitir “viabilidad” en la gestión, pero que supone despojar de derechos
adquiridos a sectores como los adultos mayores y su canasta; el Prosol; el
Fopedt y otros programas que movilizan recursos para atender necesidades
concretas. Aunque no hay fecha concreta, se espera que en los próximos días se
ponga en agenda.
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