Termina el 2023 y nos deja dos visiones opuestas sobre la realidad económica del país. Por un lado, está el optimismo estatal, que con sus cifras dibujan un escenario casi idílico sobre la situación de los bolsillos de los bolivianos, donde hay crecimiento y todo está bien. Por el otro, resalta la visión empresarial que ve un escenario de incertidumbre por la falta de dólares, problemas en el suministro de diésel, el elevado riesgo país y una caída en el acceso al crédito.
Y es que, a pesar de los anuncios de una baja inflación y
estabilidad económica, la consolidación del ‘mercando paralelo’ del dólar pone
en apuros al sector empresarial.
En un comunicado público la Confederación de Empresarios
Privados de Bolivia (CEPB) hizo notar su preocupación por la actual situación
económica.
Para la organización, este año la economía boliviana se vio
afectada por la crisis financiera mundial y la difícil situación de los países
de la región, pero también por factores internos como la disminución de
ingresos en el sector de hidrocarburos y el decrecimiento de las Reservas
Internacionales Netas (RIN).
Esta situación perjudicó especialmente al comercio exterior,
la industria manufacturera y el sector financiero.
Además, la menor disponibilidad de dólares, los rumores y
especulaciones persistentes, y algunos problemas en la comercialización de
diésel, ocasionaron intranquilidad e incertidumbre en la ciudadanía, sostiene
la organización.
Siguiendo con su evaluación la Confederación sostuvo que los
recientes informes internacionales negativos y el cierre de un importante banco
generaron “un ambiente de preocupación y desconfianza creciente entre los
agentes económicos”.
“Del mismo modo, el sector productivo tuvo que soportar los
efectos del cambio climático, los bloqueos de carreteras, el contrabando y la
informalidad”, señaló.
No fue la única organización empresarial que se manifestó.
La Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco)
mediante su presidente, Jean Pierre Antelo, también hizo un balance sobre el
2023.
En un video compartido por la institución, Antelo se dirigió
de forma directa a los empresarios que tuvieron que sortear diferentes
problemas a lo largo del año.
Antelo cuestionó a las autoridades de todos los niveles del
Estado. Es más, los acusó de preferir la confrontación antes de buscar una
solución a los problemas que tiene el país como la falta de dólares y la
regulación de la economía.
“El Estado en sus distintos niveles prefirió la
confrontación interna y la disputa con otros en lugar de promover la creación
de valor de aquello que vos (empresario) sabés hacer bien. Solo convocaron a
las instituciones empresariales para la fotografía, pero no nos apoyaron como
lo necesitábamos. Cada uno te la charló y te contó lo que convenía”, cuestionó.
El bando opositor no se libró de los cuestionamientos del
empresario. De hecho, acusó aquellos que dijeron que serían una oposición
constructiva de solo velar por sus propios intereses.
“Algunos te dijeron (en referencia a las autoridades políticas)
que iban a hacer oposición responsable, pero solo se dedicaron a defender sus
intereses y no tuvieron la más mínima capacidad de generar consensos a favor
del país. Otros te dijeron que iban a mejorar las ciudades, regiones, parques
industriales para que vos y tus trabajadores vivan mejor, pero no lo hicieron”,
apuntó Antelo.
En esa línea coincidió la Confederación que sostuvo que “la
división, el radicalismo, el pesimismo o el exitismo extremos y la falta de
coordinación y consensos en el sector político, pueden impedirnos trabajar
juntos para que las cosas mejoren”.
Cifras preocupantes
Según el Centro Boliviano de Estudios Económicos (Cebec)
partir de 2014 las reservas internacionales cayeron continuamente; y desde 2019
se situaron por debajo de los parámetros recomendados por el FMI en su
Evaluación de Reservas Adecuadas (ARA por sus iniciales en inglés) para una
economía emergente como la boliviana.
El manifiesto agotamiento de las reservas en divisas (pese a
las operaciones con los Derechos Especiales de Giro, la liquidación de títulos
estructurados en otras monedas y la venta parcial de oro monetario) se plasmó
en menos recursos provistos al sector privado: casi la mitad de lo provisto en
años previos en términos relativos al PIB semestral, aseguró la entidad
privada.
En términos absolutos, según la organización, al primer
semestre la provisión de divisas fue de $us 1.565 millones que es la mitad del
promedio semestral del año previo y 25% menos que el promedio semestral entre
2015 y 2022.
Además, que el flujo se concentró fuertemente en los dos
primeros meses, cuando comenzó la crisis cambiaria, puesto que en el resto de
los meses la provisión fue considerablemente más baja.
El diagnóstico del Cebec, señaló que parte del drenaje de
divisas del banco central se debe a la salida de dólares por el contrabando.
Según 19 estudios realizados por la entidad, sostiene que la salida
correspondería a $us 1.500 millones, los cuales no comprenden otros ítems como
la importación ilegal de automóviles.
Mercado laboral
La entidad privada también analizó el mercado laboral.
Sostuvo que la pandemia significó un duro golpe para el empleo, debido al alto
grado de informalidad.
Esto hizo que los ingresos laborales se derrumbaron en 2020.
Sin embargo, no llegaron a recuperarse hasta el primer trimestre del año; y
están 7% por debajo del promedio 2015(Oct)- 2020(Mar) en términos nominales y
15% por debajo corregidos por inflación.
La fuerte caída y posterior estancamiento del ingreso
laboral indujeron a que aumente la oferta de empleo, en especial informal, de
tal forma que el número de trabajadores ocupados es 18% más alto entre el
primer trimestre de 2023 y el correspondiente de 2020, así como que la tasa de
desempleo es la más baja desde 2015.
“Pero dada la caída en el ingreso laboral, la masa salarial
(o los ingresos laborales de la población) crecieron 6% en términos nominales y
apenas 1% en términos reales”, puntualizó el Cebec.
Para la entidad la actividad económica recuperó en el primer
semestre de 2023 el nivel observado antes de la pandemia, un aspecto que es
coincidente con la situación real de los ingresos laborales mostrada en la
sección previa.
El sector financiero según el Cebec, después de un repunte
observado en 2022, la colocación neta de créditos cayó nuevamente este año, una
parte de lo cual se atribuiría a la intervención y posterior cierre del cuarto
banco más importante, como el Fassil, que hoy están en proceso de disolución.
“Cabe notar que el flujo neto de préstamos del sistema
financiero en los años 2020 y 2021 fue similar en términos absolutos al de 2010
y los más bajos desde la segunda década del siglo en comparación al PIB. Parte
de este comportamiento se debe a la menor cantidad de recursos que tuvo el
sistema de parte de los fondos de pensiones, los cuales se destinaron al
financiamiento parcial del déficit fiscal. También se debe a la lenta
recuperación de la actividad económica y al estancamiento de los ingresos laborales”,
remarcó.
En varias oportunidades, ministros del área económica,
aseguraron que Bolivia cerrará el año como una de las economías que más crece
de la región con un bajo nivel de inflación.
Durante un acto público el pasado 30 de noviembre, incluso
el presidente, Luis Arce, aseguró que, aunque muchos quieran negarlos Bolivia
tiene una economía sólida.
“Somos, aunque muchos quieran negarlo, la economía de mayor
estabilidad en toda la región y de una de las mayores estables en todo el
mundo”, dijo.
Sostuvo que los indicadores económicos de organismos
internacionales “demuestran claramente que la recuperación económica en Bolivia
ha sido más rápida” que en otros países.
El economista, German Molina, subrayó que el Gobierno desde
el 2006 está caminando a paso firme hacia el socialismo y que su principal
problema es que cree que la bonanza económica que gozó continua.
“El gasto del sector público está elevadísimo pese a los
bajos ingresos del Estado. Se está entrando en un sendero de crisis, porque no hay
dólares para mantener el tipo de cambio”, alertó.
El Deber
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