El revocatorio de mandato a los legisladores del pueblo
Weenhayek continúa dando de qué hablar. Pues de las tres dirigencias con las
que cuenta este pueblo indígena, dos desconocen a Pablo Rivero y a las
autoridades que han sido recientemente acreditadas por el Tribunal Electoral
Departamental (TED) para ocupar cargos como asambleístas regionales y
departamentales.
La división interna del pueblo Weenhayek, ha llevado a tener
tres dirigencias. Una encabezada por Pablo Pérez Saqueo, otra por Moisés
Sapirenda y una tercera por Pablo Rivero. Sin embargo, este último a través de
una Acción Popular hizo revocar el mandato de los asambleístas regionales y
departamentales, el más afectado fue Federico Salazar que unos días antes había
sido elegido como presidente de la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija
(ALDT).
Tras el revocatorio de Salazar, la dirigencia del pueblo
Weenhayek que lo respaldaba y que estaba liderada por Pablo Pérez Saqueo salió
en su defensa, coadyuvando en las acciones legales e incluso asumiendo medidas
de presión como bloqueos de carreteras en la Región Autónoma del Chaco.
Asimismo, cuestionaron el accionar de Rivero a quien sindicaron de actuar
políticamente bajo las órdenes del Movimiento al Socialismo (MAS).
El descontento con el actuar de Rivero, también se ha
replicado en la dirigencia de Moisés Sapirenda, que según expresan algunos
dirigentes, se ha emitido un manifiesto público con más de 80 firmas de
representantes de diferentes comunidades, desconociendo a Rivero quien aduce
ser el representante del pueblo Weenhayek.
Parte de este manifestó también sindica al MAS que a través
de su “coordinador político departamental” realizaron acuerdos entre cuatro
paredes con un grupo minoritario del pueblo Weenhayek que solamente representa
el 0,05% de esta población indígena, además que pertenece a un barrio del área
urbana de la ciudad de Villa Montes.
La parte central de este documento, señala que las
autoridades comunales legalmente constituidas determinan desconocer a Pablo
Rivero Fernández, además que aclaran que esta persona no tiene injerencia en la
toma de decisiones orgánicas del pueblo Weenhayek.
Al respecto, El País intentó contactar a Sapirenda y ahondar
en detalle respecto al manifiesto público, empero la autoridad no atendió su
teléfono celular.
Sin embargo, desde el otro lado, el capitán grande del
pueblo Weenhayek, Pablo Pérez Saqueo, dijo haber tomado conocimiento del
manifiesto público por parte del sector dirigido por Sapirenda.
“Hemos visto que él tampoco está de acuerdo con las nuevas
autoridades que hizo posesionar Pablo Rivero, esto porque no han cumplido el
tema legal ni orgánicamente”, mencionó.
Pérez aseguró que existe un descontento general en todo el
pueblo Weenhayek por la designación de Genia Esther Sosa Segundo como asambleísta
departamental, además de Osvaldo López Suarez y Hortencia Rivero Fernández como
asambleístas regionales titular y suplente respectivamente. Refiere que nadie
los conoce.
“Otro de los temas por lo que la gente y los capitanes
granes están molestos con Pablo Rivero es porque ha levantado firmas
falsificadas, de personas que ya están fallecidas, de niños. Él no ha actuado
en la vía legal ni orgánicamente”, indicó.
Pérez señaló que en su dirigencia existen 330 capitanes,
mientras que Sapirenda oscila por las 200 capitanías, recalcó que entre las dos
dirigencias superan los dos tercios de población, ya que Rivero representa a
una minoría, por lo tanto no le corresponde atribuirse la representación.
Bloqueos en el Chaco están en cuarto intermedio
Tras haber denunciado la falsedad material en el acta que se
toma como base para revocar a las anteriores autoridades legislativas del
pueblo Weenhayek, este sector había iniciado con el bloqueo de carreteras en la
Región Autónoma del Chaco. Sin embargo, el capitán grande la comunidad de San
Antonio, Franciso Nazario, señaló que han logrado reunirse con el Defensor del
Pueblo para hacer conocer estas irregularidades, por lo que aún aguardan para
que en los siguientes días las autoridades se puedan pronunciar al respecto.
El País
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