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Abrego, en su informe, relató que inició la gestión con un sistema de salud colapsado, en medio de un caos administrativo, sin medicamentos, ni insumos de bioseguridad, u oxígeno para salvar la vida de los pacientes.
Por tal razón, en corto tiempo y con el apoyo de otras autoridades, puso en marcha el Hospital Fray Quebracho, donde funciona el principal centro Covid-19; gestionando dotaciones que superaron el millón y medio de bolivianos en medicamentos, insumos de bioseguridad, oxígeno y equipamiento, además de realizar la compra del medicamento remdesivir para ser entregado de manera gratuita a los pacientes.
Actualmente, el Fray Quebracho tiene servicios de emergencias, farmacia, laboratorio, internación, radiología, terapia intermedia, terapia intensiva y el programa de lucha contra el cáncer; además puso en funcionamiento las especialidades de oftalmología, cardiología y otorrinolaringología.
Luego de superar la crisis de oxígeno, la autoridad consiguió que el presidente Luís Arce instale la planta generadora de oxígeno más grande del país, con un costo aproximado a los 5 millones de bolivianos.
Otra clave importante de su gestión fue la inmunización de la población, por lo que gestionó las dosis de esperanza, para que las brigadas de vacunación intensifiquen el trabajo resguardando las vidas en la región.
A todo se añade, que su administración tiene avances importantes en la creación del Servicio Regional de Salud (Seres), que será la entidad rectora y ejercerá el máximo nivel de autoridad y de gestión técnica en salud a nivel regional como establece en ley Nº 1198.
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