Tenemos
que volver a usar y sacar de nuestros depósitos las bolsas de tela, de yute o
de cualquier otro material, que antiguamente usábamos para hacer compras y que
formaban parte de los utensilios de uso diario de las familias en nuestro
terruño. Y es que es el colmo cómo en los últimos tiempos, el consumo de las
bolsas plásticas se ha convertido en un problema ambiental por la
irresponsabilidad de la humanidad o de la cultura de usar y tirar.
Las bolsas de plástico van a parar a los
vertederos, calles, ríos, lagos, mares, océanos, paisajes naturales e impactan
al medio ambiente ensuciando todo e, infelizmente, con un horizonte negro ya
que no existe ninguna política municipal que evite o y haga disminuir el uso de
este diabólico material que tanto daño nos hace.
La bolsa plástica es fabricada a partir de un
derivado del petróleo como es el polietileno de baja y alta densidad, que tarda
en un largo periodo en descomponerse; teniendo como principal función soportar
mercaderías o productos de cualquier comercio y para acumular la basura del
hogar. Las bolsas plásticas, son demandadas especialmente por los hogares,
comercios, tiendas, fabricas industrias, mercados, hospitales, hoteles,
farmacias y entre muchos otros sectores.
Estas bolsas de polietileno tardan más de cuatro
siglos en degradarse completamente, se convierte en uno de los objetos más
contaminantes del planeta, además de ser la principal fuente de contaminación
de mares y océanos dañando a la diversidad biológica marina. Las bolsas de
plástico se han convertido en uno de los mayores residuos del mundo, ya que no
se depositan adecuadamente, se tiran indiscriminadamente, llenando los
vertederos, contaminando las calles, ecosistemas, paisajes, ríos, mares,
océanos, lo que impide el reciclaje o la reutilización.
Veamos algunos números que asustan: se utilizan en
el mundo más de 1 trillón de bolsas de plástico. Menos del 1% de ese trillón de
bolsas es reciclado. Al año se utilizan 100 millones de barriles de petróleo en
la fabricación de bolsas de plástico. Su proceso de reciclaje es muy costoso,
ya que el mismo cuesta 100 veces más que el de producción. China consume más de
3.000 millones de bolsas por día. EEUU consume más de 100 mil millones de
bolsas cada año. Están hechas de polietileno, un derivado del petróleo que no
sufre degradación. La tinta utilizada en su impresión es toxica. Tardan más de
mil años en desaparecer del planeta. Contaminan los océanos. Matan a miles de
animales acuáticos y terrestres. Matan tortugas marinas, ya que se las comen al
confundirlas con medusas. Colapsan tuberías y desagües generando inundaciones.
Contaminan el aire, entre otros impactos sobre la vida humana, la biodiversidad
y la calidad ambiental.
Ante tamaño problema, el Gobierno Municipal de
nuestra ciudad debería iniciar inmediatamente un plan de emergencia, que
incluya campañas en televisión, en radios y periódicos, además de incluir en la
currícula escolar de primero y segundo básico la concientización, explicando el
daño ambiental que causan estas malditas bolsas plásticas e incentivar para que
la población vuelva a ser como era, salir de casa con su bolsa de compras y por
ningún motivo aceptar las bolsitas plásticas para sus compras.
Juan
Manuel Arias es Economista.
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