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Paso de frontera Bolivia - Argentina (foto archivo). |
Un escenario inflacionario desafiante y la persistente
depreciación del peso impactan de diferentes maneras en la vida diaria en
Argentina, y un ejemplo de ello se expone en el norte del país, particularmente
en La Quiaca, ciudad ubicada al norte de la provincia de Jujuy y con paso
fronterizo a Bolivia.
Allí se da un escenario particular, en el que los residentes
prefieren comprar pesos bolivianos para cuidar su poder adquisitivo, en lugar
de optar por pesos argentinos o los dólares. Más accesible que la moneda
norteamericana para los quiaqueños, la moneda boliviana ha sido un verdadero
refugio de valor durante los últimos cinco años, sobre todo en relación al peso
argentino. En julio de 2017, US$1 conseguía 6,81 pesos bolivianos, y hoy
consigue 6,87.
Los locales advierten que se trata de un proceso cíclico:
frente a la debilidad de la moneda nacional, también crece la demanda de
bolivianos para comprar bienes en Argentina, a precios hasta un 50% más baratos.
Por otro, en Bolivia rechazan los pesos argentinos, o los aceptan a un tipo de
cambio muy poco conveniente para quienes se trasladan desde el territorio
argentino.
¿Cómo es La Quiaca?
La Quiaca cuenta con alrededor de 24.000 habitantes, está
ubicada en las áridas tierras del altiplano y tiene un puente internacional con
comunicación con Villazón, una ciudad del sur de Bolivia con unos 30.000 habitantes.
Se trata del paso fronterizo más utilizado por los turistas
que viajan desde Bolivia a la Argentina o al revés y, por lo tanto, constituye
un fuerte movimiento comercial.
“La Quiaca es una
ciudad comercial. Siempre que se ve devaluado el peso argentino o el boliviano,
hay un impacto. Ahora, mucha gente de Bolivia viene a comprar de manera masiva
a La Quiaca y hay un movimiento comercial importante”, explica a Bloomberg
Línea el intendente de La Quiaca, Blas Gallardo, quien además indica que todo
ello promueve una mayor demanda de fletes para trasladar la mercadería.
Según estimó, los productos más demandados por parte de la
población boliviana pueden costar “entre un 40-50% menos” de lado argentino.
“Se ve la diferencia”, aseguró a este medio.
¿Qué demanda en Argentina la población boliviana?
En La Quiaca hay un fuerte interés de los bolivianos por
adquirir todo tipo de bienes. Desde electrodomésticos hasta indumentaria. Sin
embargo, lo más pedido se vincula con alimentos y bebidas.
“Los bolivianos compran todo tipo de cosas. Especialmente,
comestibles, grasas, aceites, bebidas y artículos higiénicos”, señala a
Bloomberg Línea Miguel Ángel Tito, presidente de la empresa de transporte de
pasajeros Evelia.
“Esto es cíclico. Cuando las economías de los países están
más o menos sanas, se equilibra la situación”, agrega Tito, quien también fue
intendente de La Quiaca. “Se ve mucha venta además porque es una zona andina y
no se puede sembrar. La población se tiene que alimentar y es más económico
comprar en Argentina”, explica.
Además, puntualiza que muchos comerciantes de Bolivia ya
están cruzando la frontera para comprar sidra, con la mirada puesta en los
festejos de fin de año.
Alejandro Bustamente, vicepresidente de la Cámara de
Comercio de Jujuy, coincide en que “el tipo de cambio favorece a Bolivia”.
“Nuestra moneda está bastante depreciada y para los bolivianos es conveniente
comprar en Argentina alimentos como harinas y fideos. Pasan camiones enteros
con mercadería”, describió.
Si bien implica un movimiento positivo para el comercio
argentino, que debe hacer frente a una elevada demanda, “el lado negativo es el
contrabando de insumos y mercadería”, indica el intendente de La Quiaca, Blas
Gallardo, quien asegura que, por ese motivo, se deben profundizar los controles,
especialmente de los camiones que se trasladan “sin destino”.
El impacto en el comercio argentino
Berta Gerónimo nació en La Quiaca y, si bien actualmente
vive en San Salvador de Jujuy, su familia aún se encuentra en su ciudad natal,
con lo que afronta esa situación habitualmente: “Nuestro peso se ha devaluado
tanto en comparación con el boliviano que ahora cruzan la frontera y se llevan
hasta electrodomésticos de contado”.
“En la frontera la situación siempre fue cíclica. Cuando la
Argentina está bien, los argentinos pasan a Bolivia y compran de todo y, en
otra oportunidad, es todo lo contrario. La gente de Villazón ahora pasa a La
Quiaca y compra mercadería. Los comerciantes compran por equipos, que son
toneladas o los camiones enteros de mercadería. Se llevan de todo”, asegura
Gerónimo.
“Los comercios prefieren atender a los bolivianos porque
salen ganando. Mientras los bolivianos compran por fardo, los argentinos van y
piden alimentos por una bolsita de kilo”, compara.
Ahorrar en pesos bolivianos
“Muchos de los ciudadanos ahorran en pesos bolivianos porque
cuesta conseguir dólares. El comercio es una economía popular y muchos de los
que no están bancarizados optan por comprar pesos bolivianos en casas de
cambio”, manifestó Gallardo.
En tanto, Alejandro Bustamente, vicepresidente de la Cámara
de Comercio de Jujuy, aseguró que es un mecanismo habitual: “Es así. El peso
boliviano es muy demandado”.
“Un peso boliviano son 33 pesos argentinos”, explica, por lo
que se da una marcada brecha entre las monedas de los países vecinos.
El intendente de La Quiaca sostiene que esa cotización
expuesta en las casas de cambio de la zona depende en gran parte de los
movimientos del dólar blue, que en las últimas jornadas tocó máximos
históricos.
De ese modo, tras los últimos incrementos de la divisa
norteamericana en el mercado paralelo, cada vez más demandada ante las
restricciones cambiarias en el mercado legal argentino, el precio que se podía
encontrar era del de “un peso argentino, equivalente a 0.030 pesos bolivianos”.
“Hace un año, en las casas de cambio se encontraban por 80 o 70 centavos”,
recuerda, en declaraciones a este medio.
El peso argentino, en caída libre
“El peso debería servir como moneda de cambio, algo que hoy
es relativo ya que es una moneda tan devaluada que solo se utiliza para
transacciones menores”, considera el analista económico Salvador Di Stefano en
uno de sus últimos informes.
Y agrega que “el peso debería servir como referencia de
valor, algo que tampoco se cumple porque los precios de autos o propiedades se
reflejan en la moneda estadounidense”. “Pocos argentinos ahorran en la moneda
local”.
“La inflación local, la apreciación del dólar a nivel
mundial y la pérdida de reservas internacionales ejercen más presión sobre el
tipo de cambio oficial, que en junio sumó un octavo mes en aceleración”,
analiza Santiago Manoukian, asesor económico de Ecolatina.
Así, señala que “el BCRA aumentó el ritmo devaluatorio al
4,2% mensual promedio”. “Si bien esto no llega a ser suficiente para evitar la
apreciación cambiaria, no se visualiza mucho margen para que el Banco Central
convalide un ritmo de devaluación significativamente más elevado que el actual,
el cual ya de por sí contribuye a cristalizar una mayor inercia inflacionaria”,
manifiesta.
“Mientras que el dólar mayorista acumula un alza del 20% en
el año, la inflación (contemplando nuestras estimaciones de junio) superaría el
35% en el mismo lapso. Por esta razón, a pesar de la aceleración del crawling
peg, el dólar y los precios continúan a dos velocidades muy distintas”,
concluye.
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