En Twitter,
la usuaria Mariana Copland contó cómo la ayudó el futbolista cuando ella fue
internada por depresión y él por su adicción al alcohol.
Maradona todavía estaba
vivo, era 3 de noviembre de 2020. Una usuaria de Twitter, Mariana Copland, no etiquetó al astro argentino ni a
nadie de su entorno. Solo era algo que tenía guardado y que, tras 13 años, lo dejó salir para sus 2.600
seguidores. Sí, ella había conocido al 10 y, es más, él le había salvado la vida
cuando coincidieron en un siquiátrico.
"Nada de lo que
pueda escribir define quién soy. Mi locura por Messi no se compara con mi
fanatismo por Maradona. Pero a mi, Maradona, me salvó la vida. En algún momento del 2007 (algún momento es marzo, esas
fecha no se olvidan), coincidimos en una clínica de rehabilitación", arranca el hilo de Twitter que en ese
entonces pasó desapercibido, pero que hace unos días llegó
hasta Gianinna Maradona, hija del deportista, que agradeció a la desconocida la
revelación sobre su padre. La avalancha mediática fue inmediata.
"¡Lloren todos conmigo!
¡Gracias por esta historia! Qué orgullo mi padre para
siempre", expresó la heredera.
Lo que continúa en esta
historia son 10 mensajes más, en los que la joven, que se identifica en su
perfil como "lapicera veloz", un apodo que Maradona le puso y que
ella se quedó, según
relata, comparte cómo el futbolista la abrazó en plena crisis depresiva e
impidió que pase más noches sedada y amarrada a una cama.
"Él
por sus problemas de alcoholismo, yo por una depresión espantosa. Pensé,
en ese momento que era el peor momento de mi vida. Después con los años uno ve
el jardín de la casa de los abuelos más chico, la humanidad más grande y el
dolor más profundo... no era así. Yo fui internada antes que él. Un mes y
medio antes. Cuando él llegó yo empezaba a ver que había algo más. Me
ayudó a querer levantarme, jugamos al volley, me apodó “lapicera
veloz” porque me la pasaba escribiendo. Hasta que un día desaté una
crisis horrible. Y entre tres enfermeros para calmar la angustia me ataron
a la cama y me dieron una sobredosis de Midax. Al otro día me levanté con
la mitad de cuerpo paralizada. Era un ente. Babeaba. No podía caminar. Tenía
dormida la mitad de mi cuerpo", cuenta Mariana, que en ese entonces tenía
20 años.
"Después
de que mi médico firmara un acta en la que se explicaba que no podían drogarme
sin su consentimiento, tres días después, los mismos tres enfermeros vinieron
por mi nueva crisis. Pero Diego se paró adelante, abrió los dos brazos,
me hizo casita, y dijo: 'Con la nena no'. Discutieron varios minutos,
yo lloraba. Hasta que pidió que le trajeran el teléfono... Entonces me pidió el
número de mi mamá y la llamó. Y cuando mamá, harta del dolor de saberme
internada lo atendió, él dijo: 'señora, soy Diego, la nena está bien, sí,
tranquila, pero mejor que no pase la noche acá", fue lo que recuerda
de aquel día en el que el ídolo la ayudó a cerrar un capítulo oscuro.
Una página en blanco
"Y no se despegó de mí un
minuto. Recuerdo
que antes de cortar le dijo: 'Vos tranquila, podría ser mi hija, tranquila te
esperamo acá'. Nunca más dormí en Avril. Son muchas las cosas, las ideas,
los valores que me separan de él. Pero la ps de esto es que un día, solo, me
dijo: 'Vos, lapicera veloz dame una hoja'. Y le regale una hoja A5. Y como
sabía que mi crisis había sido desatada por un novio que me dejó, escribió:
'Nicolás sos un pelele'. Y me miró después de firmar y me dijo: 'No seas
cagona, dáselo'. Nicolás, si leés esto, siempre fuiste un pelotudo, pero hasta que
Maradona no me lo explicó no lo entendí y me costó eso, 8 años al lado tuyo. Y al margen de eso y
de lo que a dos personas puede separar, yo le deseo vida, amor de
hijos, abrazos de nietos.
Porque hoy yo puedo decir que ¿Sai perche' mi batte il corazon? Ho Visto
Maradona!", concluye el emocionante recuerdo de la joven argentina, que,
en otras publicaciones, cuenta que ya es una feliz mamá y esposa.
22 días después de la publicación de Mariana, Diego Armando
Maradona murió. Tres meses después, la gente conoció una de sus facetas más
sensibles.
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