Una mujer pidió auxilio y
luego de un importante despliegue de investigadores judiciales, agentes de
Gendarmería Nacional y funcionarios de ambos países lograron salvar a las
víctimas, todas mujeres vulneran.
Todo comenzó durante las
primeras horas del jueves, cuando se registró en una comisaría de la provincia
de Salta, una denuncia que daba cuenta sobre una mujer que viajó a Bolivia para
trabajar, junto con su hijo, y que allí había sido secuestrada en un prostíbulo
de la localidad de Potosí, por una organización criminal dedicada a la
explotación de personas.
A partir de este punto,
con intervención del Ministerio Público Fiscal de la Nación (MPF), Cancillería
y diferentes organismos locales -en coordinación con investigadores judiciales
del vecino país- se desencadenó una importante serie de operativos, que se
extendieron durante casi dos días y concluyeron en el rescate y la repatriación
de cinco argentinas que eran sometidas a la explotación sexual por el grupo de
delincuentes. Así, esta causa, y otras recientes -una de ellas en la que un
inmigrante venezolano secuestró a una menor y la llevó a Bolivia- vuelven a
poner en foco una problemática poco debatida públicamente, pero constante y
grave, que afecta severamente a las mujeres vulnerables de la frontera norte
argentina.
Sobre el rescate de las
últimas horas, una fuente oficial del MPF, informó a que: “El fiscal general
Francisco Snopek, de la Unidad Fiscal Salta, lleva adelante una investigación
en torno a una organización criminal de trata de personas transnacional, la que
operaba a través de la modalidad de captación de mujeres en estado de
vulnerabilidad, que luego eran explotadas sexualmente”. En esta línea, según
los datos oficiales, una de las víctimas pidió auxilio desde el prostíbulo, que
fue localizado a través de tecnología digital. Fue clave en este punto la
intervención de Gendarmería Nacional.
Al respecto, se detalló
en el primer informe preliminar del caso: “En respuesta a la denuncia, el
fiscal dispuso urgentes medidas a fin de proceder al rescate de las mismas. Al
respecto, la Unidad de Investigaciones Complejas y Procedimientos Judiciales
Salta, de Gendarmería Nacional, pudo determinar la geolocalización de la
llamada y mensajes que la víctima envió a sus familiares. Este dato estableció
que efectivamente se trataba de un domicilio en Potosí, Bolivia, por lo que se
solicitó la intervención de la Dirección General de Cooperación Regional e
Internacional (DIGCRI), a cargo de Diego Solernó, de la Procuración General de
la Nación”.
Mientras esto ocurría,
tres de las salteñas y el menor, ya decididas a escapar luego de alertar a sus
familias, se fugaron del prostíbulo. Y aportaron datos claves para concretar el
segundo rescate, según el informe oficial: “A raíz de las gestiones efectuadas
con fiscales penales de Potosí, se avanzó con una serie de allanamientos en esa
ciudad boliviana, tanto en el prostíbulo geolocalizado desde Salta, como en
otros lugares determinados por las fiscalías de ese país. A raíz de ello, y
desde el lugar señalado por la víctima que dio la primera alerta, se rescataron
dos mujeres más, también oriundas de Salta, como así también las autoridades
bolivianas dieron a conocer la detención de dos presuntos implicados”.
Problemática
constante
Luego de una
investigación federal que se extendió durante poco más de dos meses, el pasado
11 de abril, un grupo de detectives de la Policía de Salta especializados en
trata de personas rescataron al menos a siete mujeres sometidas a la
explotación sexual en la frontera norte del país, puntualmente en la localidad
de Tartagal. Según información a la que se accedió, se trató de un importante
despliegue, que incluyó el monitoreo en simultáneo de más de veinte líneas
telefónicas, once allanamientos, y contó con apoyo logístico de Gendarmería
Nacional, ante la presunción de que policías locales podrían estar involucrados
en la maniobra delictiva.
Las
víctimas
Los procedimientos
comenzaron el pasado jueves 8 de abril, y se extendieron hasta la última hora
del sábado, cuando tres sospechosos fueron trasladados a diferentes centros de
detención. Se trató de dos hombres y una mujer que fueron capturados en la
ciudad capital y también en Tartagal, donde funcionaba este complejo esquema de
explotación de personas, que contaba, por ejemplo, con un lujoso hotel ubicado
frente a la plaza principal de esta ciudad fronteriza.
Fuente: La Nación
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