En el último mes, cada vez más gasolineras en territorio
venezolano fueron cambiando su estatus de vender gasolina a precio subsidiado
para ofrecer el mismo carburante a precio internacional, lo que representa un
fuerte impacto entre la población que sufre una crisis económica desde hace
bastantes años.
A partir de octubre del año pasado, el gobierno venezolano
decidió quitar el subsidio en algunas estaciones de gasolina, pero esta medida
fue creciendo y aplicando a casi al 70 por ciento de las gasolineras de todo el
país.
El litro de gasolina que se vende en estos lugares cuesta 50
centavos de dólar; el año pasado, con esos mismos 50 centavos de dólar, un
ciudadano podía comprar 20 litros.
Esto provocó unas filas interminables en las gasolineras
subsidiadas. Taxistas, motociclistas, pequeños negocios, personas particulares
que viven con el salario mínimo, deben formarse en estas colas para preservar
su economía.
El salario mínimo oscila entre 30 y 35 dólares al mes y,
según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de 2021, el 94 por ciento de
la población vive en pobreza.
El presidente Nicolás Maduro argumentó este año que esa
medida obedece al conflicto que desató la invasión de Rusia a Ucrania y su
impacto en la economía global.
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