Las anacondas son semiacuáticas y pueden contener la
respiración durante algún tiempo. Algunos de los delfines reunidos eran
juveniles, lo que podría sugerir otra dimensión de la interacción.
En agosto de 2021, un equipo de investigación estaba
documentando la biodiversidad cerca del río Tijamuchi (Beni) en Bolivia, cuando
vieron algunos animales que suelen ser difíciles de observar: los delfines de
río bolivianos (bufeos).
Solo verlos con la cabeza sobre el río fue extraordinario,
dijo Steffen Reichle, biólogo del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado
en Santa Cruz de la Sierra, y miembro del equipo. Sabían que algo estaba
pasando y comenzaron a tomar fotos.
Solo después de desplazarse por las imágenes que capturó el
equipo, los investigadores se dieron cuenta de que los delfines estaban
colgando una anaconda mientras nadaban, de acuerdo al reporte del New York
Times.
Los investigadores describieron lo que vieron en la revista
‘Ecology’ el mes pasado . Si bien los delfines en cautiverio y en la naturaleza
son conocidos por ser juguetones, el sorprendente comportamiento de los
cetáceos bolivianos parece una nueva frontera para retozar entre los mamíferos
acuáticos, y algunos científicos aún no están seguros de qué pensar sobre lo
que observó el equipo.
El doctor Reichle dice que los delfines de río bolivianos
generalmente nadan debajo de la superficie, y los avistamientos a menudo
capturan solo una aleta o una cola. Pero algunos de los seis animales que
vieron mantuvieron la cabeza fuera del agua turbia durante un tiempo inusualmente
largo.
En un momento, dos delfines machos aparentemente nadaban
sincronizados, una serpiente sostenida por la boca de los animales. Las
anacondas son semiacuáticas y pueden contener la respiración durante algún
tiempo. Pero debido a que la serpiente fue manipulada durante al menos siete
minutos, gran parte de ella sumergida, probablemente pereció.
“No creo que la serpiente la haya pasado muy bien”, dijo el
especialista.
Debido a la duración de esta interacción, el equipo sospecha
que es un juego, no una depredación. Las anacondas nativas de Beni en Bolivia
son depredadores del ápice. Aparte de un solo caso de canibalismo, los
investigadores no han documentado que se hayan comido las serpientes. En este
caso, el equipo no vio dónde terminó la serpiente.
Con lo animados que son los delfines, "jugar parece una
respuesta bastante buena", dijo Omar Entiauspe-Neto, uno de los autores
del artículo y taxónomo de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul en
Brasil.
Algunos de los delfines reunidos eran juveniles, lo que
podría sugerir otra dimensión de la interacción: los adultos pueden haber
estado enseñando a los jóvenes sobre anacondas o mostrándoles una técnica de
caza, agrega el reporte del medio estadounidense.
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