La tercera ola de la pandemia del coronavirus, que afecta ya
a varios países en América Latina, viene de la mano con un común denominador:
la falta de oxígeno.
En ciudades de Brasil, Colombia, Perú, México y Bolivia, los
medios de comunicación informan que más personas hacen largas filas o pagando
altos precios por un tanque de oxígeno mientras sus familiares enfermos por la
Covid-19 mueren asfixiados en los hospitales.
La pandemia que en América suma ya 63,8 millones de
contagios y 1,55 millones de decesos desde el primer caso confirmado hace más
de un año, ha disparado la demanda de oxígeno medicinal.
Un informe la organización de salud mundial sin fines de
lucro PATH, con sede en la ciudad estadounidense de Seattle, indica que para
atender esas insuficiencias respiratorias es un gran reto en países
considerados por el Banco Mundial como de ingresos bajos y medios.
Su proyecto Respuesta Global al Cuidado Respiratorio de la
Covid-19 creó una herramienta interactiva para estimar la necesidad diaria de
oxígeno para enfermos de coronavirus.
El oxígeno medicinal integra la lista de medicamentos
esenciales de la OMS, pero el costo del gas y la falta de infraestructura para
instalar y mantener el suministro complican el acceso y la distribución.
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