Lo hizo a través de
su agencia de propaganda Amaq, un día después de que el gobierno acusara a un
pequeño grupo local como el responsable, aunque reconociendo que había recibido
ayuda desde el exterior. Al menos 300 personas murieron y 500 resultaron
heridas el domingo en los ataques contra tres iglesias y tres hoteles en
Colombo.
Mundo
El grupo terrorista Estado Islámico
(ISIS, en inglés) se atribuyó este martes la ola de atentados terroristas del domingo en Sri Lanka que han
dejado más de 300 muertos y 500 heridos, de acuerdo a su agencia de
propaganda Amaq.
El lunes las autoridades del país
habían apuntado contra un pequeño grupo radical islamista como el principal
responsable, aunque asegurando también que los extremistas locales habían
recibido ayuda de una o varias organizaciones terroristas en el extranjero.
En total el domingo se registraron ocho explosiones en tres iglesias cristianas durante las celebraciones
por la Pascua y en tres hoteles de lujo en la ciudad de Colombo, la más
poblada del país.
"Los perpetradores del
ataque que apuntó contra ciudadanos de los gobiernos de la coalición y
cristianos en Sri Lanka anteayer eran luchadores del ISIS", dice
el comunicado de Amaq, citado por el sitio de monitoreo
extemista Site.
Con "ciudadanos de gobiernos de la coalición" el comunicado
hace referencia a los numerosos extranjeros que murieron el domingo en las
explosiones en los tres hoteles y cuyos gobiernos participaron de la campaña
que finalmente llevó a la desaparición del "califato" del ISIS en
Siria e Irak, entre los que había seis británicos, cuatro estadounidenses, tres
daneses, dos españoles y dos australianos.
En tanto las autoridades de Sri Lanka consideran que la segunda parte de
esta ola de atentados, que se ensañó con la minoría cristiana en el país, ha
sido ejecutada en represalia de la masacre de Christchurch, Nueva Zelanda,
ocurrida en marzo, cuando un supremacista blanco asesinó a 50 musulmanes en dos
mezquitas del país.
El ISIS se encuentra en uno de sus momentos de mayor debilidad desde su
surgimiento en 2013, luego de haber perdido en marzo el último reducto del
"califato" que intentó fundar en Siria en Irak, lo cual puso fin a su
brutal proyecto de un estado islámico de orientación salafista.
Pero sigue teniendo una enorme
capacidad de acción como grupo terrorista convencional asentado en Medio Oriente,
y con posibilidad de llegar a otras partes del mundo mediante la asociación con extremistas locales, como
podría haber ocurrido en Sri Lanka.
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