Con el objetivo de trazar una ruta para las elecciones de
2022, el partido FARC instaló a fines de enero su Segunda Asamblea
Extraordinaria, en la cual la exguerrilla enterró su sigla de guerra y pasó a
ser el Partido Comunes que buscará llegar a la Presidencia.
El jefe del partido FARC, Rodrigo Londoño, también conocido
como Timochenko, fue el encargado de anunciar el nombre del nuevo partido que
—según él— tiene que ver con el camino por recorrer para la campaña electoral
del próximo año, en la cual el partido espera elevar su impacto ante la opinión
pública.
En ese sentido, Londoño afirmó que se debe trabajar “duro
para que en 2022 salga victorioso para la presidencia un candidato que esté
comprometido en la implementación de los acuerdos de paz, así como un Congreso
que mayoritariamente acompañe al nuevo presidente en ese propósito”.
En tanto, el excomandante y portavoz del nuevo partido,
Pastor Alape, escribió en su cuenta de Twitter: “Somos Comunes, es nuestra
nueva imagen. De hoy en adelante somos el Partido Comunes, y el partido de la
paz, la reconciliación y el amor para la vida”.
Nueva hoja de ruta
El analista político colombiano John Palomino explicó a Los
Tiempos que los exguerrilleros decidieron dejar atrás el acrónimo de Fuerza
Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), ante el daño que han causado a su
proyección política las disidencias que mantienen el nombre de FARC y que se
marginaron de los diálogos para seguir desafiando al Estado.
Palomino indicó que el partido FARC fue el resultado de la
conversión de la antigua guerrilla en una organización política, algo acordado
en La Habana y que quedó consignado en el acuerdo de paz. Sin embargo, tras más
de cuatro años de existencia, este grupo continúa buscando la vía para tener
protagonismo en la política colombiana.
En tanto, el analista político Roberto Covarrubias Núñez
dijo que la nueva hoja de ruta marca la necesidad que el Partido Comunes
realice alianzas políticas con otros sectores afines.
Incursión electoral
En su primera incursión electoral, en 2019, el también
conocido como “partido de la rosa” —por la imagen en su logo— fracasó
estrepitosamente y desde entonces se han profundizado las divisiones internas,
mientras decenas de excombatientes fueron asesinados y otros volvieron a las
armas.
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