El presidente de Estados Unidos de América, Franklin D. Roosevelt,
introdujo como “período de gracia” los primeros 100 días de su gobierno para
resolver los graves problemas que entonces agobiaban a su país. En ese lapso se
aprobaron leyes para luchar contra la Gran Depresión que sufrían los
estadounidenses. Estas leyes fueron su legado y se conocen como el New
Deal. Desde entonces, es común que, en ese período, los nuevos gobiernos en
muchos países muestren su esencia y tomen las urgentes medidas que el pueblo
espera.
El pasado 16 de febrero, el presidente Luis Arce Catacora, cumplió cien
días en el mando de la Nación, cuando la pandemia de Covid-19 ya había
ocasionado innumerables contagios y muertes. Era de esperar, entonces, que la
primera prioridad del nuevo Gobierno sea combatir la pandemia, reforzando el
abandonado sistema de salud.
Otro problema acuciante es el término del excepcional período de los
altos precios internacionales de los principales productos que exporta el país.
Por ello, se teme que se acerca una aguda crisis económica. Sin embargo, no se
advierte una política económica coherente para enfrentar la nueva época.
El primer y principal empeño del nuevo Gobierno fue, como se temía,
destituir masivamente a funcionarios de la administración pública, para que sus
militantes ocupen esos cargos, muchas veces con pobladas agresivas.
Por otra parte, el mayor empeño fue acusar de todos los males al
Gobierno interino precedente. No se reconoció que, desde hace muchos años, el
sector de salud pública fue abandonado. Se olvida que el pedido de aumento de
presupuesto para ese sector fue combatido por la mayoría recalcitrante de la
anterior legislatura dominada por el mismo partido hoy en el poder. Y, para
colmo, se aprueba la llamada Ley de Emergencia Sanitaria que anula el derecho a
la protesta de los trabajadores de salud. En el afán de encontrar culpables, se
procuró mostrar preocupación porque no se adquirió vacunas contra la Covid-19.
Lo que se conoce es que el gobierno argentino suministró al gobierno del MAS,
20.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik V, o sea dos dosis para 10.000 personas,
en un país de 11 millones de habitantes
Mientras tanto, el Presidente que vaticinaba que Bolivia se dirigiría
hacia el socialismo estilo cubano solo se ha dedicado a culpar de todos los
males a su predecesora, dejando de atender el grave momento que vive la Nación.
Esa grave desatención ha ocasionado una gestión errática. Dos ejemplos: se
cambió el escudo nacional causando malestar en muchos sectores ciudadanos y se
devolvió un crédito internacional, pero pagando intereses a la entidad que
concedió el préstamo.
Las pocas acciones en estos 100 días de gobierno del MAS, que incluyen
ese parcializado decreto de indultos para sus militantes presos con condena,
muestra lo que pretende hacer el Gobierno en los cinco años de su mandato, pues
tiene a su lado la Administración de Justicia y una dócil mayoría
parlamentaria.
Fueron cien días que no auguran ni paz ni concordia ciudadanas.
El autor es exembajador de Bolivia.
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