EFE
Las autoridades indias continúan las labores de rescate,
incluyendo una operación para sacar a casi cuarenta trabajadores atrapados en
un túnel, tras una avalancha ocurrida el domingo en el norte del país que ha
dejado más de 170 desaparecidos y al menos 26 muertos.
La rotura de un glaciar en el distrito de Chamoli, en el
estado de Uttarakhand y en plena cordillera del Himalaya, desencadenó el
domingo una avalancha de agua y lodo que siguió el curso de los cauces de
varios ríos.
"El número final de muertos recuperados en Tapovan
hasta las 20:00 hora local es 26. Además, 171 personas siguen
desaparecidas", afirmó el director general de Policía de Uttarakhand,
Ashok Kumar, en su último informe.
Buena parte de estos desaparecidos, según la fuente, son
trabajadores de dos centrales hidroeléctricas en construcción gravemente
afectadas por la repentina crecida de las aguas, que ha obligado también a
evacuar a miles de personas.
Ayer, todas las miradas estaban puestas en las labores de
rescate de una treintena de esos trabajadores atrapados en el interior de un
túnel cerca de una de las centrales.
"Hemos conseguido excavar 90 metros utilizando
maquinaria pesada", dijo el comandante del primer batallón de la Policía
de la Frontera indo-tibetana, Venu Dhar, desplegado en el lugar.
Dhar explicó que el túnel mide en total 250 metros, por lo
que el equipo de rescate espera alcanzar hoy al grupo de 34 trabajadores. Las
autoridades creen que un segundo grupo de cinco personas están atrapadas en
otro punto del túnel.
El cuerpo de Policía fronterizo recurrió a las redes
sociales para mostrar el laborioso proceso de extracción del lodo acumulado en
el túnel, con la ayuda de excavadoras, y bajo la mirada de decenas de policías
concentrados en la entrada a la espera de poder actuar.
"Las máquinas están trabajando día y noche", dijo
Dhar, quien recordó que los equipos de rescate no pierden la esperanza: ayer
salvaron a una docena de personas atrapadas en otro túnel.
La súbita avalancha causada por la rotura de un glaciar, que
destruyó a su paso estructuras como una de las centrales hidroeléctricas
afectadas, desató el caos prácticamente sin aviso, afirmó Mangray, de 20 años y
empleado en la zona desde hace dos meses.
"Estábamos trabajando desde por la mañana, hacía frío,
pero todo estaba tranquilo. Hacia las 11 todo cambió. Hubo un clamor y una
explosión súbita. Miramos alrededor y había una montaña de lodo, piedras y agua
viniendo hacia nosotros", dijo Mangray.
De los veinticuatro compañeros de trabajo, quince
consiguieron ponerse a salvo de la avalancha. Los otros nueve siguen
desaparecidos.
Vídeos filmados con teléfonos móviles del momento de la
avalancha y difundidos por las redes sociales, muestran la repentina llegada de
una gran columna de lodo y agua por el cauce de un río, golpeando con fuerza
las laderas del valle.
El primer ministro indio, Narendra Modi, anunció el domingo
200.000 rupias (2.280 euros) para los familiares de los fallecidos y 50.000
(570 euros) para los heridos graves.
Esta montañosa región en el Himalaya registro también en
junio de 2013 riadas, corrimientos de tierras y el derrumbe de edificios
después de que las lluvias del monzón se adelantaran un mes y se produjeran un
68 % más de precipitaciones de lo habitual.
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