El sujeto apuntó con un arma de fuego a su concubina, amenazándola con
matarla y después con matarse él, por una supuesta infidelidad.
En la provincia Gran Chaco, un niño de 8 años de edad pudo
contener a su padre y evitar una desgracia, pues el sindicado de oficio policía,
apuntó con un arma de fuego a su concubina, amenazándola con matarla, cuando
discutía con ella y la acusaba de serle infiel. Afortunadamente el menor entró
a la habitación y el padre se contuvo.
La denuncia fue sentada por la misma víctima, una mujer de
38 años de edad, quien relató que la anterior semana ella se encontraba
descansando en su domicilio, pero en la habitación de su hija mayor de 20 años
de edad, hasta las 2 de la madrugada, hora en que llegó su concubino O.C.V.Q.
(según sus iniciales), en notable estado de ebriedad y entró directo al cuarto
de su hija para sacarle y llevarla a otro lado.
Ese momento, tanto la madre como la hija se rehusaron a que
la mujer salga de la habitación, pero el sindicado se puso agresivo y amenazó
con destrozar las cosas de la habitación, lo que hizo cambiar de decisión a la
víctima y aceptó ir a su cuarto junto a su concubino para “conversar”.
Una vez ambos en la habitación, el sujeto comenzó a increpar
y a insultar a su concubina, acusándola de serle infiel y tener otra pareja.
Era tal la rabia del sujeto que ese momento fue al lugar donde guarda su arma
de fuego y alzó su pistola y se dirigió hacia donde la mujer, apuntándole con
el arma en la cabeza y amenazándola con matarla y después quitarse la vida él.
Justo ese momento, el hijo menor de ambos (8) entró a la
habitación y al ver llorando a su madre, preguntó lo que estaba pasando y el
sindicado se calmó y le dijo que no pasaba nada. Inmediatamente escondió el
arma de fuego para que no la vea el niño.
El sujeto esperaba que el niño saliera del cuarto pero no
fue así, el pequeño se quedó, por lo que al ver que el menor no se iría, el
sindicado continuó las agresiones en contra de su pareja.
Los gritos, los insultos y las acusaciones eran las mismas,
pero a esto el hombre se puso más agresivo y golpeó a la mujer con un tablero y
hasta con un celular en diferentes partes de su cuerpo.
La mujer no pudo contener el llanto y al ver cómo era
agredida su madre, el niño se puso a llorar también, pero además le pidió a su
padre que pare con la golpiza. Al escuchar al menor, el sujeto nuevamente se
calmó y al verlo así, la mujer fue a calmarlo al sindicado dándole unos masajes
hasta que se durmió.
Así la mujer y el pequeño se pusieron a salvo y al día
siguiente, la víctima se dirigió a dependencias de la Fuerza Especial de Lucha
Contra la Violencia (FELCV) para sentar la denuncia en contra de su concubino,
quien trabaja en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC).
Tomada de El País
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