Su exceso de confianza con personas desconocidas le costó
caro a una mujer de 82 años de edad, quien fue víctima de un robo perpetrado
por tres falsos fumigadores que le sustrajeron de su vivienda casi Bs 100.000 y
varias joyas costosas.
Gente
El hecho sucedió ayer a primeras horas de la tarde en la
calle General Camacho y 14 de Septiembre, en pleno centro urbano del municipio
de Quillacollo.
Lo que ocurrió
De acuerdo con el reporte preliminar de la Policía, la
adulta mayor, que se encontraba sola en su vivienda, recibió la visita de tres
hombres con acento chileno que estaban vestidos con overoles y chalecos,
quienes le dijeron que iban a fumigar el baño de su domicilio para preservar su
salud.
La abuelita, confiada y sin imaginar lo que le ocurriría
después, dejó ingresar sin ningún problema a los fumigadores ‘truchos’.
Dos de los antisociales entraron al domicilio y volvieron a
salir simulando buscar los equipos para realizar el trabajo de fumigación.
La mujer, que por su avanzada edad no podía caminar rápido,
se quedó en la puerta, mientras el tercer ladrón subió al segundo piso de la
casa y comenzó a revisar las distintas habitaciones encontrando Bs 30.000 y
10.000 dólares americanos.
Robo de joyas
No conforme con eso y guiado por su ambición, el choro que
se quedó arriba, rebuscó el peinador de la anciana donde tenía guardadas sus
joyas logrando sustraer varias alhajas.
Luego, el ladrón bajo del segundo piso y se fue con sus
compañeros.
Minutos después la mujer se dio cuenta del hecho por lo que
alarmada llamó a sus familiares quienes solicitaron la presencia de la Policía
para realizar la denuncia.
Hasta el lugar llegaron efectivos de la división de
laboratorio de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de Quillacollo
(Felcc) para la recolección de pruebas.
Investigación
Por la forma en que se perpetró el robo por parte de los
presuntos chilenos, se investiga si los pillos hicieron un seguimiento a la
víctima, al igual si tenían el logotipo de alguna empresa fumigadora en sus
trajes.
No se descarta recurrir a las imágenes de cámaras de
seguridad de casas o negocios cercanos al lugar del robo para identificar a los
antisociales.
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