La droga fue detectada con la ayuda de un escáner. Durante un procedimiento de control, el personal aduanero observó formas sospechosas en las imágenes del camión escaneado. Ante ese indicio y para no afectar la carga, los agentes de la DGA realizaron un corte en la chapa externa del vehículo y encontraron una cámara de hierro cubierta con una capa de plomo.
Para abrir el habitáculo donde estaba oculta la droga, los agentes aduaneros utilizaron una amoladora eléctrica. Una vez hecha una ventana para ver el interior, encontraron ladrillos con envoltorio amarillo especialmente acondicionados para burlar los controles. Los 128 paquetes retirados de la carga dieron positivo al test de cocaína, sumando un total de 131,2 kilogramos de esa sustancia.
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