Doris, madre que atraviesa un drama familiar de tipo económico, emprendó sus herramientas de trabajo para solventar los gastos que conlleva los procesos judiciales penales. Su hija de 12 años de edad fue víctima de violación en febrero de 2022, a raíz de ello quedó embarazada y fue interrumpido a los seis meses por orden judicial por su corta edad.
Desde ese día, los días de Dorís nunca fueron iguales, por
un lado tenía que soportar el dolor de ver a su hija en etapa de gestación y
por otro, cubrir los gastos legales que implica este tipo de procesos.
«Nunca pensé que me iba a pasar esto, emprendí mis
herramientas de trabajo, por las deudas que hice, pido ayuda a la población»,
lamentó Doris en medio de impotencia ante la difícil situación económica que se
encuentra.
Relata Doris que, al ser madre soltera de tres hijos, se vio
en la necesidad de sacar préstamo del banco para iniciar un negocio
(restaurante) y poder mantener a sus hijos, pero nunca pensó que ese negocio
entraría en quiebra a causa de lo sucedido a su hija. Habiéndosele acabo el
dinero para los gastos de la interrupción del embarazo y trámites legales,
recurrió a los famosos «préstamos colombianos», préstamo que no pudo cumplir
con el pago de los altos intereses y menos el capital; ante los constantes
reclamos de pago no le quedó otra opción que emprendar sus materiales de
trabajo para el pago solo de intereses, mas no el capital. La casa de empeños
le dio un término para recuperar sus herramientas (heladera, garrafas,
televisor y otros) hasta el mes de febrero, caso contrario lo perderá.
«Quiero que me ayuden a recuperar mis herramientas de
trabajo, con eso voy a trabajar otra vez y me voy a levantar por favor»,
suplica a las personas de buen corazón para que le hagan llegar un aporte
económico.
Al verse sin sus herramientas de trabajo, personas de buen
corazón le ayudaron a que venda ambulando la fruta de la tuna, empleo que
apenas le alcanza solo para alimentar a sus dos hijos, pues su hija víctima de
violación se encuentra en un albergue institucional, no puede sacarle porque no
puede cumplir con los requisitos que exige la ley, que es no estar cerca a su
agresor. La niña permanece bajo la custodia de la Defensoría de la Niñez y
Adolescencia.
«No puedo sacarle del albergue a mi hija, me piden que me
cambie de casa, no puedo hacerlo, estoy en anticrético y no tengo plata para
pagar alquiler en otro lado, ya no se si me devolverán o no a mi hija» dijo en
medio de llanto.
Doris en su difícil situación, pide ayuda a la población, a
las instituciones para que le puedan dar un trabajo y poder mantener a sus
hijos y sobre todo pagar sus deudas que ascienden a un aproximado de 10.000
bolivianos, que la atormentan día y noche.
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