El balompié nacional, tanto en la División Profesional como el ascenso con la Copa Simón Bolívar, se encuentra paralizado desde hace 13 días. Esta situación genera un manto de incertidumbre y pérdidas en el torneo.
Debido a los conflictos sociales en Santa Cruz, en el Torneo
Clausura faltan seis jornadas para el final, al igual que en el ascenso
nacional, pero en este se juega el formato
de semifinales y finales (ida y vuelta).
El perjuicio para los 20 clubes inmiscuidos en ambos
campeonatos es alto: no perciben recursos económicos por recaudación y están
obligados a extender su participación hasta finales de noviembre y,
probablemente, primeros días de diciembre, lo que significa una planilla más de
salarios sin captar ingresos.
División Profesional
Transcurridas 24 jornadas del Torneo Clausura, los 16 clubes
profesionales se mantienen a la expectativa sobre el futuro del campeonato.
Salvo Bolívar que tiene asegurada su presencia en Copa Libertadores
2023 (fase de grupos), las restantes siete plazas están en disputa en dos
tablas: la del actual torneo y la acumulada.
Tras desecharse la posibilidad de dar por finalizado el
certamen a raíz de los conflictos sociales, ahora la mirada está puesta en
reanudar la competencia con 36 compromisos, que pueden concluirse entre el 19 y
30 de noviembre. Esto depende de la solución del paro cívico indefinido en
Santa Cruz y la reprogramación cada 48 o 72
horas.
Tres cupos a Copa Libertadores y cuatro a Copa Sudamericana
están en juego en poco tiempo.
Copa Simón Bolívar
En fase decisiva y en puertas de una final, el certamen de
ascenso boliviano quedó frenado al tener a dos representantes cruceños en
semifinales: Destroyers y 24 de Septiembre. Libertad Gran Mamoré (BEN) y Vaca
Diez (PAN) completan las llaves.
La competición se mudó al sector nororiental del país, donde
uno o dos de ellos cumplirá el sueño de ser parte de la División Profesional
para la temporada 2023.
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