El presidente dela cadena de uvas, vinos y singanis de Tarija, José Sánchez Gareca, informó que las cosechas no fueron afectadas por el granizo o la sequía, siendo un factor “determinante” para la producción, pero el problema se centralizó en el ingreso masivo de marcas por contrabando.
“La naturaleza se está portando muy bien, ya que tuvimos lluvias temprano, los ríos Camacho, Guadalquivir y Santa Ana nos proveen agua. Los sistemas de riego están completamente llenos”, declaró el productor.
Declaró que este año de forma particular el clima fue favorable, por lo que la producción de uva es “buena”, superando en un 10 por ciento más a la gestión pasada, lo que significa que bordearán un millón quinientos mil quintales.
Sánchez, explicó que si bien la producción es buena, el contrabando es un negocio creciente, que causa un daño “irreparable” a la economía del sector.
“Desgraciadamente, poco o nada se quiere entender del daño que provoca el contrabando en los diversos productos que ingresan al país”, declaró.
En el caso solamente de uva y singani son 70 millones de dólares de pérdida económica, aseguró.
Sánchez, indicó en una reunión con representantes del Ministerio de Producción en Cochabamba, que ignoran el daño que produce el contrabando.
“Veo con preocupación, el poco interés del daño que provoca el contrabando, o protegemos nuestra producción, para que siga siendo la que llene el estómago de los bolivianos, o finalmente compremos a los países vecinos y nos vamos a trabajar a la Argentina”, declaró.
El presidente de la cadena de uvas vinos y singanis lamentó que pese a que enviaron cartas a las autoridades no tuvieron respuesta, “no entienden lo grave de esta situación”, remarcó.
“Las autoridades fomentan las ferias en las que comercializan productos extranjeros, el pueblo indudablemente se va a lo más barato. Un vino en cartón de un litro en la frontera cuesta Bs 2.20, aquí lo venden en Bs 10, entonces quién no va a querer hacer el negocio del siglo”, comparó.
Agregó que los productores tenían “gran esperanza” en el corto periodo del Gobierno transitorio, por lo que hicieron llegar oficios al Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, al Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), a la Aduana Nacional para que no emitan certificados de importación de la uva, “pero no hubo respuesta”.
“En otras palabras, todo entra a Bolivia y ese es un gran dilema. Esperemos que el futuro gobierno mire esta situación con criterio y que sepa que en las manos de los productores como micro productores está el 80 por ciento de la canasta familiar boliviana”, acotó.
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