Una experta en nutrición explicó las ventajas de la bebida para estimular al metabolismo y lograr disminuir calorías extras.
¿Se terminó el
debate?: el vino no solo no engorda sino
que su ingesta moderada puede ayudar a bajar de peso. Un
estudio científico determinó que el consumo durante las comidas puede ayudar a
estimular el metabolismo y ayudar a quemar calorías extras.
El trabajo científico, a cargo de Rosa Lamuela-Raventos, profesora
asociada de nutrición y ciencias de la alimentación de la Universidad de
Barcelona y miembro del Centro Español de Investigaciones Biomédicas en
Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición, explicó en una entrevista
con Wine Spectator que
el consumo moderado puede
ser muy beneficioso para la salud
del corazón y para promover la pérdida de peso.
Apoyada en diferentes investigaciones, la especialista resaltó
que hablar de “calorías vacías” en el vino o pensar que no tiene valor nutricional es un
error y que no se debe retirar la bebida en planes de
pérdida de peso. Sus conclusiones arrojan que quienes participaron del estudio
en la categoría de ingesta moderada (un vaso al día para las mujeres, dos para
los hombres) se beneficiaron de un índice
de masa corporal (IMC) más bajo y una frecuencia cardíaca disminuida.
“Es cierto que las calorías provienen principalmente del etanol,
sin embargo, el vino es una fuente
rica en potasio, y además contiene otros minerales”, detalló en
la entrevista.
“Una copa de vino contiene aproximadamente 125 calorías por porción, sin
embargo, la gente no está considerando que el vino pueda contrarrestar estas calorías
quemándolas, debido al contenido polifenólico”, añadió la
experta.
Según
explicó, uno de los mecanismos que ayuda a fomentar la pérdida de peso es la
termogénesis o el efecto termogénico que se trata de un proceso metabólico
mediante el cual los humanos queman calorías para generar calor.
“Observamos que cuando bebes vino tinto con moderación, durante
las comidas, no estás agregando más peso ni grasa abdominal”, consideró
Lamuela-Raventos y destacó que el vino tinto contiene más polifenoles que cualquier otra
bebida alcohólica.
Otros beneficios
En tanto, un estudio en animales a cargo de Miguel Fornes, del
Laboratorio de Investigaciones Andrológicas de la Universidad Nacional de Cuyo
y el Conicet, detectó que el consumo de una copa diaria de vino tinto puede
contribuir -en adultos con colesterol elevado debido a la ingesta de una dieta
rica en grasas- a reducir
los niveles de colesterol total y aumentar el colesterol HDL, conocido como
“colesterol bueno”.
Según
investigaciones previas, los antioxidantes pueden ser beneficiosos al
incrementar el colesterol bueno y evitar el acúmulo de colesterol en los vasos
sanguíneos. Es por eso que los científicos se propusieron comprobar si el
resveratrol -un antioxidante y uno de los componentes naturales del vino
tinto-, puede asociarse al incremento del colesterol HDL.
“Este
antioxidante está presente en la piel de las bayas (granos) de uva y, al
macerarse junto al jugo de uva (vinificación), le confiere al vino este
compuesto fenólico, enriqueciéndolo”, explicó Fornes.
Entre los
principales resultados preliminares, el especialista destacó que en el grupo de
animales que recibió el vino enriquecido en resveratrol los valores de
colesterol bueno se incrementaron un 12,5%, mientras que el colesterol total
disminuyó un 36,4% en ambos ciclos.
“Es interesante destacar que las enzimas marcadoras de daño
hepático no se modificaron y que la suspensión de la ingesta de vino se
acompañó con un incremento de colesterol entre los dos períodos”, advirtió el
científico, y recalcó que estos resultados preliminares en modelos
experimentales “permiten
apoyar el consumo moderado de vino tinto con fines saludables”.
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