El Gerente Nacional de Fiscalización de Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Bernardo Uriquidi, desde Villamontes –
Tarija, informó que la estatal petrolera realizó un estudio de laboratorio el
año 2018 para determinar las características de las aguas del Río Guadalquivir
del departamento de Tarija. El estudio revela que las aguas de este río, que en
su trayecto cambia de nombre a Río Tarija y llegan hasta el corazón del parque
de Tariquía, no son aptas para el riego, peor para el consumo humano.
Agencias/
“El estudio realizado en los principales cuerpos de agua de
Tarija, que van desde el río Guadalquivir (altura de Canasmoro) hasta llegar al
Río Grande de Tarija (altura de San Telmo), en el que ambos ríos son de
clasificación Clase “C”, es decir no son aptos para su uso como abastecimiento
de agua potable ni para riego de hortalizas”", sostiene Urquidi.
Bernardo Urquidi explica que la clasificación contenida en
la Ley 1333 de Medio Ambiente, dado que los parámetros como DQO (Demanda
Química de Oxígeno), DBO5 (Demanda Biológica de Oxígeno), Nitrato, Fosfato
Total, Coliformes Fecales y Nitrógeno Amoniacal, presentan concentraciones en
niveles superiores a los máximos admisibles. “Su uso se restringe sólo para el
abastecimiento industrial, esto demuestra que la contaminación existe sin que
se haya desarrollado ninguna actividad hidrocarburífera; estos resultados se
conocieron en la evaluación del impacto ambiental del proyecto, por lo que
también se va desarrollar un plan de mitigación” detalla.
El muestreo para el estudio se realizó en Canasmoro,
Tomatitas, San Luis, La Angostura, Juntas de San Antonio, Río Grande en la zona
de San Telmo, donde se evidencia una radiografía de la situación de
contaminación de las aguas.
El gerente lamentó que “intereses políticos, no ecologistas”
pretendan generar una psicosis colectiva entre comunarios y población en
general, con información falsa y distorsionada sobre los proyectos
exploratorios San Telmo Norte y Astillero, demostrando su sesgada visión sobre
la protección del medio ambiente, que omite “la extrema gravedad que implica el
consumo humano de aguas insalubres, las mismas que llegan hasta el corazón de
la reserva de Tariquía”.
“De acuerdo al estudio, la contaminación en el río
Guadalquivir es resultado de las diferentes actividades a lo largo de estos
cuerpos de agua tan importantes para la vida de Tarija que han provocado
niveles elevadísimos de contaminación con desechos que van desde aguas
residuales, industriales; contaminación por agroquímicos, sedimentos
arrastrados debido a los constantes desmontes y chaqueos, incendios en las
cabeceras de la Cuenca”, finaliza el gerente de YPFB.
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