El Lago Titicaca albergó sofisticadas ceremonias religiosas
de unos 3.000 años de antigüedad, antes de la llegada de los incas a la zona,
lo que indica que la religión organizada surgió en la región mucho antes de lo
que se pensaba, según señala un nuevo estudio que acaba de ser publicado en la
revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos (PNAS por sus siglas en
inglés).
Gente
"Nuestra investigación muestra que los pobladores del
estado de Tiwanaku, que se desarrolló en el Lago Titicaca entre los años 500 y
1.100 AD, fueron los primeros en realizar ofrendas de valor a deidades
religiosas", aseguró a la BBC de Londres en antropólogo boliviano José
Capriles, parte del equipo de investigación.
La mayoría de los objetos hallados, que incluyen huesos,
objetos de oro, cerámica y piedras preciosas,
corresponden al período de expansión y consolidación del estado de
Tiwanaku.
Los arqueólogos usaron sonares y equipos submarinos de
fotogrametría para escanear el sitio del hallazgo, el arrecife de Khoa, en las
cercanías de la orilla noroeste de la Isla del Sol, a una profundidad superior
a cinco metros.
"El arrecife de Khoa se localiza en un lugar
estratégico, casi en el mismo centro geográfico del lago, y por tanto fue
estratégico en términos de consolidar el control geopolítico de la región en su
conjunto, algo que solamente Tiwanaku pudo hacer", explicó Capriles a BBC
Mundo.
"Antes del surgimiento de Tiwanaku, la orilla del lago
estaba ocupada por comunidades articuladas en jefaturas y cacicazgos de
influencia muy limitada".
Isla del sol
En la Isla del Sol y el Arrecife Khoa, los especialistas
religiosos podían reunirse para celebrar ceremonias sagradas. Las ofrendas
rituales demuestran la transición de las sociedades más locales a algo que
tenía un atractivo geopolítico y espiritual más ambicioso.
Un Dato
Estos hallazgos sugieren que la religión organizada surgió
mucho antes de lo pensado.
Lugar
Las excavaciones submarinas se hicieron en el arrecife Khoa,
cerca de la Isla del Sol.
Ofrendas halladas
Piezas de oro, incensarios y restos óseos
Entre las ofrendas halladas había un gran número de piezas
de oro, incensarios de cerámica con forma de puma, un animal sagrado, así como
miniaturas de conchas y lapidaria (piedras preciosas).
"Destacan un medallón de oro con la representación
iconográfica del personaje central con apéndices que irradian de su rostro,
sugiriéndo que podría estar vinculado al sol", dice José Capriles y
asegura que: "También hay conchas y figurinas hechas en Spondylus, una
valva que actualmente solamente habita en las aguas cálidas del Océano Pacífico
de Ecuador hacia el norte, es decir, a varios centenares de kilómetros del lago
Titicaca".
El hallazgo también incluye restos óseos de varias llamas
principalmente juveniles que fueron probablemente sacrificadas como parte de
los rituales.
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