El País
Tras que una persona fallece el primer órgano en descomponerse es el abdomen, donde están los intestinos que almacenan la material fecal y todo tipo de bacterias. Al no existir un sistema inmunológico, esas bacterias se expanden por todo el cuerpo, razón por la cual “siempre habrá una mancha verde en el abdomen”. Es el momento en el que comienza la putrefacción.
Con este proceso viene el olor y a su vez empiezan a salir las bacterias, que no son visibles a la vista humana, pero están ahí. Tiempo más tarde aparece la «fauna calavérica»; insectos, parásitos, bichos y microorganismos que se alimentan de los cadáveres, consumiéndolos hasta los huesos. Éstos dejan sus heces y bacterias infecciosas, que se diseminan por toda la zona donde yace el cadáver.
Esta escena es común desde hace 12 años atrás para el sargento segundo Alexander Ortega, quien con sus 33 años de vida es el encargado de la división de la Escena del Crimen de la FELCC (Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen) en Tarija, pero además, es esposo y padre de familia, condición que debe compatibilizar con su dura labor.
Aunque Alexander reconoce que su trabajo no es fácil afirma convencido que es lo que deseaba hacer desde joven. Así relata que estuvo inmiscuido en esta tarea desde su primer año de servicio y calcula que en estos 12 años dentro de la Policía estuvo en casi 300 levantamientos de cadáveres, entre muertes naturales y muertes violentas: asesinatos, homicidios, feminicidios o tentativas de homicidios con consecuencias muy atroces como mutilaciones.
Tras que una persona fallece el primer órgano en descomponerse es el abdomen, donde están los intestinos que almacenan la material fecal y todo tipo de bacterias. Al no existir un sistema inmunológico, esas bacterias se expanden por todo el cuerpo, razón por la cual “siempre habrá una mancha verde en el abdomen”. Es el momento en el que comienza la putrefacción.
Con este proceso viene el olor y a su vez empiezan a salir las bacterias, que no son visibles a la vista humana, pero están ahí. Tiempo más tarde aparece la «fauna calavérica»; insectos, parásitos, bichos y microorganismos que se alimentan de los cadáveres, consumiéndolos hasta los huesos. Éstos dejan sus heces y bacterias infecciosas, que se diseminan por toda la zona donde yace el cadáver.
Esta escena es común desde hace 12 años atrás para el sargento segundo Alexander Ortega, quien con sus 33 años de vida es el encargado de la división de la Escena del Crimen de la FELCC (Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen) en Tarija, pero además, es esposo y padre de familia, condición que debe compatibilizar con su dura labor.
Aunque Alexander reconoce que su trabajo no es fácil afirma convencido que es lo que deseaba hacer desde joven. Así relata que estuvo inmiscuido en esta tarea desde su primer año de servicio y calcula que en estos 12 años dentro de la Policía estuvo en casi 300 levantamientos de cadáveres, entre muertes naturales y muertes violentas: asesinatos, homicidios, feminicidios o tentativas de homicidios con consecuencias muy atroces como mutilaciones.
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