Su presidente, Edson Arratia, señaló que, esta propuesta post-cuarentena, era un adelanto del cómo sería el traslado de personas, en ese sentido, pidió consideración con su sector por parte de las autoridades, tomando en cuenta que son más de setenta (70) días que están paralizados, en ese periodo, de un setenta a ochenta % las baterías de sus unidades habrían colapsado y para su reposición al menos necesitarían de unos cien dólares americanos.
Arratia a su vez, aseguró que para la readecuación de sus unidades precisarían otro monto cercano a los seiscientos bolivianos: “lastimosamente nos toca a nosotros pasar esta peregrinación, mínimamente hubieran dotado de un alcohol en gel a la gente que vive del volante, la semana pasada vimos cómo se distribuía en los mercados a los gremiales, no generalizamos, pero este sector está lucrando de manera permanente con la venta de artículos de primera necesidad a diario, esta gente no ha sido perjudicada, hubiese sido de gran alegría si nos hubiesen dado el mismo trato para volver a trabajar”.
Referente al costo de los pasajes el dirigente acotó que, se mantendrían por el momento, a menos que haya una solicitud formal de sus dirigentes, precisando que, para ello se tendría que hacer un estudio socio económico, viendo si se puede mantener los dos bolivianos en los trufis y los uno con cincuenta centavos en los micros, sin olvidar que, los micros estarían perdiendo de trece a quince pasajeros mínimamente, esto se duplicaría en cada vuelta, la misma reducción sucedería en el servicio de trufis.
Ante el cumplimiento de la cuarentena este 31 de mayo, la comuna, trabaja en un plan de contingencia, para definir indicadores de riesgo sanitario que permitan pasar de una cuarentena condicionada a sostener una cuarentena flexible. Este cuerpo legal implicará que, la ciudadanía sea corresponsable con el cumplimiento de las restricciones, dentro una nueva etapa de lucha contra la pandemia y sancione conductas que pongan en riesgo la salud de la población.
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