“He instruido una política de mano dura contra el narcotráfico y el narcoterrorismo, sin ceder espacios ni retroceder en ese camino”, sostuvo.
Destacó que los resultados se vieron rápidamente, producto de las intensas tareas de lucha contra al tráfico de sustancias controladas que desarrolla la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn).
Dijo que, de acuerdo con los reportes policiales, se produjeron operativos planificados que permitieron descubrir y desbaratar grandes factorías de cocaína, que producían hasta una tonelada por día.
La presidenta también manifestó que se identificaron centenares de casos de corrupción. Mencionó casos como el del senador masista, acusado de “inventar” una población para sacar desembolsos del Fondo Indígena, el financiamiento a la brigada médica cubana y el daño económico detectado en contratos de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel).
“Parecería que lo que aquí hemos vivido fue un mundo irreal, donde para robar no se agotaba el ingenio ni la complicidad”, señaló durante su mensaje, que comenzó alrededor de las 11:00 y se prolongó por 34 minutos.
Dijo que “esos tiempos ya pasaron” y que ahora se defenderá los recursos. “Que quede claro a todos los bolivianos: no me tiembla la mano, ni me temblará la mano en proteger los recursos de aquellos que buscan usarlos para su enriquecimiento personal o ilegal o para promover sus agendas políticas”, advirtió.
El 22 de enero más tenso desde la creación del Estado Plurinacional se vive hoy en Bolivia, con patrullajes conjuntos de las Fuerzas Armadas y la Policía y dos actos separados: uno dirigido por el Gobierno transitorio y otro por el expresidente Evo Morales y el Movimiento Al Socialismo (MAS).
A diferencia de otros años, el informe presidencial no se realizará ante la Asamblea Legislativa, como acostumbrada Morales, y tampoco habrá un desfile cívico militar.
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